Día de la Candelaria, familias presentan a su Niño Dios y degustan los tradicionales tamales

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Cuitláhuac Guerrero

Vestidos con atuendos del Sagrado Corazón, el Niño de las Palomas, Cristo Rey, entre otros, las figuras del Niño Dios están colocadas en las escaleras del atrio dentro de la Catedral de Morelia para ser bendecidos este 2 de febrero, Día de la Candelaria.

Con misas realizadas en distintas horas del día, las personas, principalmente mujeres, acuden al Santuario Mayor de la capital michoacana con "su niño" en brazos. Ahí, los sacerdotes que ofician las ceremonias rocían agua bendita, dejando una que otra gota sobre los vestuarios.

Según la tradición católica, la también llamada Fiesta de la Luz surje para conmemorar la presentación de Jesucristo ante Dios como el primogénito de la Virgen María a 40 días de su nacimiento pues la Ley de Moisés determinaba que todas las mujeres embarazadas tenían que acudir a los templos para purificarse.

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Como en toda celebración no puede faltar la comida, para esta ocasión se preparan los típicos tamales de chile rojo, chile verde, rajas, pollo, fresa, piña o los de harina. Estos tienen que ser pagados por aquellos a los que "les salió el muñeco" durante el corte de la Rosca de Reyes, el 6 de enero.

Ese Día de Reyes, familiares, amigos y compañeros de trabajo se reúnen para partir la rosca que simboliza la ofrenda que le hicieron Melchor, Gaspar y Baltazar al Niño Dios. Quien encuentra la pequeña figura de plástico, se convierte en su padrino y está obligado a pagar este alimento, siempre acompañado de un atole.

Hay quienes deciden preparlos o los que prefieren comprarlos ya hechos y así ahorrar tiempo. En ambos casos, los mercados municipales de Morelia se encuentran abarrotados donde surten los ingredientes. De igual manera, las filas son considerables en los establecimientos en los que los tienen preparados.

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Esto segundo es lo que se ve en las inmediaciones del Mercado del Santo Niño, de San Juan y el Independencia. Decenas de personas entran y salen de los mismos. Todas apresuradas porque hay que estar listas para recibir a las visitas, las cuales esperan degustar un tamal.

Con el paso de los años, el Día de la Candelaria se ha vuelto una conmemoración importante para las y los feligreses. Aparte de que se convirtió en una justificación para reunirse con quienes uno más quiere. Asimismo, el Niño Dios se ha heredado de generación en generación como una forma de rendirle un homenaje.