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Puebla13 de marzo de 2025
Localjueves, 13 de marzo de 2025

Enfermeras y médicos en tiempos de Covid: así fue la primera línea de batalla en Puebla

La contribución del personal de la salud en Puebla a la superación de la crisis sanitaria dejó secuelas emocionales para ellas y ellos, pero también la satisfacción de haber salvado cientos de vidas

Enfermeras y médicos en tiempos de Covid: así fue la primera línea de batalla en Puebla
Personal de la Salud fue testigo de las vidas perdidas durante la pandemia, inclusive las de sus seres queridos, y ahora reconocen su contribución a la superación de la crisis a nivel mundial. / Foto: Archivo / El Sol de Puebla
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Daniel Cortés

A cinco años del primer diagnóstico de Covid-19 en México, personal de la salud que combatió la enfermedad en la primera línea de batalla en Puebla reflexiona sobre el valor de la colectividad. Mientras recuerdan las vidas perdidas durante la pandemia, inclusive las de sus seres queridos, reconocen su contribución a la superación de la crisis a nivel mundial.

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Para las y los trabajadores de la Unidad Médico Familiar (UMF) 1, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, la pandemia por Coronavirus significó el reto más complejo de sus carreras profesionales.

Los drásticos días de recibir a cada hora decenas de pacientes en condiciones graves, muchos de los cuales fallecieron a causa de complicaciones respiratorias, quedaron atrás. Sin embargo, el personal de enfermería y medicina en esta clínica, recuerda con valentía y tristeza esos momentos. Aseguran que cumplieron su misión y valoran el reconocimiento que la sociedad y su gremio les dio al final de este proceso.

De acuerdo con cifras del gobierno federal, en lo que va del año se detectaron cinco diagnósticos de Covid-19, que es 94 por ciento menor que lo reportado en el mismo periodo, pero de 2024.

’Ayudamos a la humanidad, salvamos muchas vidas’

Cuando María de los Ángeles Zambrano Valencia, enfermera poblana, veía con asombro cómo los diagnósticos por Covid-19 crecían al otro lado del mundo, y como los centros de salud se saturaron frente a la alta incidencia de la enfermedad, no imaginó que algo así ocurriría en México, mucho menos en la clínica en donde labora desde hace años, la UMF 1.

Tras el primer caso detectado en el país, en febrero de 2020, el personal de enfermería se reorganizó para hacer frente a esta crisis.

Zambrano Valencia decidió, desde el primer momento, entregarse de lleno a combatir el Covid-19. Aunque al inicio sus superiores dudaron de la decisión, le permitieron asumir un papel activo en la línea frontal contra esta enfermedad.

Enfermeras y médicos en tiempos de Covid: así fue la primera línea de batalla en Puebla
Para las y los trabajadores del sector Salud la pandemia por Coronavirus significó el reto más complejo de sus carreras profesionales. / Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

Luego de ser asignada al módulo de atención a pacientes con sintomatología de Coronavirus, la enfermera poblana hizo sinergia con Karen Flores Guevara, médica especialista en Medicina Familiar que también se dedicó a la atención de este padecimiento en la UMF 1.

Para Zambrano Valencia existe un antes y un después de la era Covid-19. Aún recuerda que cada día era más complejo que el pasado.

El pesado equipo de protección, que consistía en trajes especiales, visores y al menos un par de cubrebocas, entre otros artículos, no podía ser colocado con facilidad, ni tampoco cambiado, porque los insumos, tal como ocurrió en todo el mundo, eran limitados.

No solo aprendió a vivir la presión bajo el intenso calor de sus prendas, sino que también tuvo que afrontar la realidad de solo poder comer y beber agua una vez al día. Para ella, esta experiencia le dio la capacidad de improvisar en situaciones críticas, pues el equipo de protección no podía ser retirado hasta el final del día.

En muchas ocasiones Zambrano Valencia laboró horas extra. En momentos también se vio obligada a dormir en la clínica, pues su objetivo fue nunca dejar solas a sus compañeras y compañeros.

Tuvimos que improvisar, fueron momentos muy críticos (...) Cuando me quedaba otro turno, desayunaba aquí a las 4 de la mañana y me bañaba con agua fría. Son experiencias muy fuertes, porque varios pacientes fallecieron, pero gracias a Dios aquí estamos y aprendimos que debemos dar todo de nosotros,defendió. 

Aseguró que diariamente se alimentaba de grandes cantidades de verduras, antioxidantes y agua para mantenerse hidratada y fortalecer su sistema inmunológico. Desde su perspectiva, esto fue clave para que, durante la emergencia, nunca padeciera Covid-19.

Enfermeras y médicos en tiempos de Covid: así fue la primera línea de batalla en Puebla
Médicos y enfermeras no solo aprendieron a vivir la presión bajo el intenso calor de sus prendas, sino que también tuvieron que afrontar la realidad de solo poder comer y beber agua una vez al día. / Foto: Bibiana Díaz / El Sol de Puebla

Pese a las dificultades que ello representó, la enfermera poblana aseguró que nunca se sintió abandonada, pues todo el personal de salud, incluidos los trabajadores de seguridad, se organizaron como equipo.

A cinco años puedo decirte que aprendimos a trabajar en equipo, porque aquí contamos todos, desde el vigilante hasta el cuerpo de gobierno. Esa es una parte muy importante: el trabajo en equipo. Nunca nos sentimos solos, argumentó.

Gracias a su labor durante la pandemia, Zambrano Valencia fue condecorada por el Senado de la República con la medalla Miguel Hidalgo, una de las preseas más importantes otorgadas por el Poder Legislativo en México.

Dicho reconocimiento lo dedicó a su hijo y su familia, pero también a su equipo de trabajo y a las personas que perdieron la vida durante la crisis.

Actualmente, la enfermera poblana afirmó sentirse profundamente satisfecha por su labor durante la emergencia.

Ayudamos a la humanidad, salvamos muchas vidas. Eran momentos clave donde nosotros teníamos que intervenir y sí pudimos. Estoy satisfecha por lo que hice,expuso. 

’Decirle a mi equipo que podía enfrentar la muerte fue muy complicado’

José Israel López Ramírez, actual jefe de Servicio de la UMF 1 y quien fuera responsable del módulo de atención respiratoria de Covid-19, recuerda el día que conoció la enfermedad.

Fue el 12 de abril de 2020 cuando el médico especialista se encontraba realizando su guardia. En medio de la tensión global por este padecimiento, un hombre de aproximadamente 65 años de edad llegó “en condiciones críticas” a la clínica, exigiendo atención de urgencia.

El oxímetro evidenció que el hombre saturaba por debajo del 60 por ciento, algo que es médicamente peligroso, inclusive mortal.

Enfermeras y médicos en tiempos de Covid: así fue la primera línea de batalla en Puebla
La pandemia, aunque fue dolorosa, dejó un legado de aprendizaje y resiliencia. / Foto: Archivo / El Sol de Puebla

A decir de López Ramírez, la situación era, por decir lo menos, dramática. Los familiares suplicaban ayuda de forma desesperada, y aunque todos los protocolos se cumplieron el hombre murió al tercer día.

Fue muy dramático. Los familiares llegaron totalmente alterados, querían que en ese momento se hiciera algo por su paciente. Nos dimos cuenta de que era un caso grave, algo que nunca habíamos visto y que nunca olvidaremos,afirmó.

En este momento sintió la impotencia de que, aun como especialista médico, tendría que enfrentar la certeza de que un paciente no sobreviviría.

Fue un momento muy duro para un profesional de la salud, para un equipo, en donde sabes que la persona no va a salir; sabes que, hagas lo que hagas, el paciente ya está muy complicado. Y, sobre todo, se quedan grabadas las súplicas de los familiares, que no quieren perder a su ser querido. Eso nos marcó desde un inicio y nos dio la directriz de que teníamos que hacer algo más”, sostuvo.

Para López Ramírez, uno de los retos más importantes que vivió fue responsabilizarse de su equipo, pues sabía que cada una de las personas que aceptó estar ahí lo hizo voluntariamente, pues dijo que el IMSS nunca obligó a su personal a laborar en esas condiciones.

“Tenía a mi cargo personas que son madres, abuelas, y el decirles que se iban a enfrentar a algo que las podía matar por cumplir con su trabajo, por cumplir con su deber, fue muy fuerte”, explicó.

Y enfatizó: “Yo me metía con ellas a prepararlas, a que se pusieran el equipo de protección, porque yo sentía esa responsabilidad. En ese momento, si alguien se enfermaba de Covid, no sabíamos si iba a vivir. Y el que tú determines que una persona, un compañero de trabajo, va a estar en medio del problema, es una responsabilidad muy grande”.

Mientras esto ocurría, su padre, a quien considera su mejor amigo, enfermó gravemente de Covid-19. Su abuela también lo padeció, pero lamentablemente falleció.

Imagínense lo que es venir a trabajar con un familiar que ha fallecido y sabiendo que tu equipo puede pasar por lo mismo; que tu doctora, tu enfermera, a quienes tú asignaste, pueden tener esa desgracia y, aun así, tienes que seguir adelante, relató.

El médico especialista enfatizó que el trabajo en equipo fue clave para superar la pandemia. Afirmó que este episodio dejó también lecciones sobre la importancia de la salud mental, pues tanto las y los trabajadores como las y los pacientes sufrieron depresión y ansiedad a causa de la enfermedad.

Todos tenemos una misión en la vida (...) Yo creo que el equipo de la UMF 1, todos los que estuvimos aquí, sabíamos que para eso nacimos, que era nuestro momento. Sabíamos que íbamos a sufrir, que lo íbamos a padecer y a vivir experiencias que nunca se nos iban a olvidar y que nos iban a afectar y nos iban a cambiar la vida. Aún así, lo aceptamos, porque sabíamos que nadie más lo podía hacer. No es una cuestión de vanidad, es una cuestión de que sabíamos que teníamos esa misión, esa honrosa misión. Y lo hicimos bien”, destacó.

’Enfrentamos las pérdidas con amor y ética’

Por otro lado, Karen Flores Guevara, médica familiar de la UMF 1, afirmó que, desde que estudió la universidad, siempre supo que en algún momento se enfrentaría a situaciones de riesgo.

Fue una situación bastante complicada. Hubo muchas pérdidas, pero siempre quise enfrentar la enfermedad. Aunque suene un poco ilógico, lo hice con todo el amor, con mucha ética, con mucha responsabilidad hacia mi vida también, pero mi objetivo siempre fue ayudar. Y la verdad, sí nos cambió la vida a todos,indicó.
Enfermeras y médicos en tiempos de Covid: así fue la primera línea de batalla en Puebla
La pandemia dejó también lecciones sobre la importancia de la salud mental, pues tanto las y los trabajadores como las y los pacientes sufrieron depresión y ansiedad a causa de la enfermedad. / Foto: Archivo / El Sol de Puebla

Cuando arrancó el diagnóstico progresivo en Puebla, la especialista no dudó en sumarse al equipo que atendería la emergencia y pidió su ingreso voluntario a dicho módulo.

Su experiencia fue desafiante. Flores Guevara relató que, aunque enfrentó pérdidas personales y profesionales, siempre se mantuvo motivada para mantenerse hasta el final de la crisis.

Desde su perspectiva, el Covid-19 dejó aprendizajes irreversibles sobre la importancia de cuidar la salud y el estilo de vida. Aseguró que ello fue un recordatorio de que tener buen estado de salud depende de los buenos o malos hábitos que se tengan.

Sí hubo aprendizaje. Definitivamente, la gente es más consciente, está más actualizada. Hay un poco más de mejoría en el estilo de vida de los pacientes. Obviamente, ya no hay tanta incertidumbre, ya tenemos un poco más de conocimiento de la enfermedad, ya estamos un pasito adelante. Sin embargo, como yo siempre menciono, el Covid solamente vino a dar un giro, pero no es la única enfermedad que podemos adquirir,consideró.

Para ella, la emergencia sanitaria más importante que ha vivido en su carrera profesional fue una llamada de atención que reveló que la sociedad aún debe poner más énfasis en la salud.

“Me siento orgullosa de haber tenido la oportunidad de estar en esta situación, de haber enfrentado día con día la enfermedad. Obviamente, hubo melancolía y tristeza por las pérdidas. Como le dije, yo tuve una pérdida personal, tuvimos pérdidas en los compañeros, en el personal de salud en general. Pero sí es un aprendizaje muy grande, un aprendizaje de seguir adelante y de tratar, en la medida de lo posible, desde nuestra trinchera, de mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes”, destacó.

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Finalmente, Flores Guevara subrayó que, pese a los momentos de tristeza, hoy valora el hecho de haber sido parte de los esfuerzos que contribuyeron a controlar la pandemia en Puebla. Señaló que la pandemia, aunque fue dolorosa, dejó un legado de aprendizaje y resiliencia.

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