Según la página LA NACION, Don Julián vivía por el barrio La Asunción, tenía la costumbre de recolectar muñecas a lo largo de la ciudad. Al ocurrir la tragedia de la niña ahogada que él encontró, comentaba ser asechado por fantasmas malignos.
Cuando un día, el sobrino del señor Santana muerto en el lugar donde había fallecido la niña con la muñeca. Se dio a conocer que la muerte fue causada por un infarto de miocardio.