“A mí el coronavirus me va a matar, pero de hambre”
Gerardo Soto no cuenta con posibilidades de darse el lujo de cerrar por semanas y realizar una cuarentena
Todo cambió hace unos días, la pandemia del coronavirus que ha frenado la economía a nivel global, empieza a provocar las primeras afectaciones en su bolsillo, pues ahora no llega ni a vender 15 burritos por día.
A diferencia de las grandes empresas, Soto Jarquín no cuenta con posibilidades de darse el lujo de cerrar por semanas y realizar una cuarentena, como han pedido como medida para hacer frente al COVID-19. Para subsistir ha debido empezar a laborar bajo pedido o ofrecer promociones a sus clientes más fieles.