La Casa del Migrante: 32 años apoyando a quienes buscan refugio
Ha sido testigo de historias sobre personas que han tenido que huir o son deportados de sus lugares de origen
Lo que pareciera seguir igual son las expresiones de incertidumbre, temor, esperanza, tristeza, anhelo, las cuales solo se van mudando de rostro en rostro mostrándonos un poco del sentir migrante.
La tarea, dice el padre, ya no se limitaba a dar cama, ropa y alimento; ahora se tenía que trabajar en la reintegración social de los que llegaban deportados sin conocer el país y hablando un español a medias.