Desde hace 30 años, alfarera de Tenexyecac camina más de cuatro horas para agradecer al Santo Patrón de los pobres y vender sus cazuelas en la festividad religiosa.
El santuario de San Miguel del Milagro, en Nativitas, recibe a miles de peregrinos cada año, atraídos por el agua milagrosa que, según la tradición, brotó en 1631