El Museo del Juguete Antiguo, cuenta con la colección más grande del mundo
Con más de 55 mil piezas que narran cultura popular mexicana del siglo XX
Es una colección privada abierta al público. No sigue protocolos de museos, ni a su dueño le interesa la museografía perfecta. Las vitrinas no tienen fichas. Cada visitante crea su historia. Esa es la intención. El decidió cómo se colocarán las vitrinas, ha hecho la museografía y curaduría a su entender.
El segundo piso del Museo contiene la espectacular sala de la lucha libre, además de máscaras originales, luchadores de diversos materiales, capas, botas, mallas, carteles de 1920, 1930, 1940, hasta la fecha. Y es una de las más visitadas, por fanáticos y luchadores profesionales y amateurs.
Tienen todas las caricaturas del Chango Cabral, del Pato Guillén y cientos de caricaturistas mexicanos como Gabriel Vargas, autor de la familia Burrón.
“Fui a la calle de Perú, que estaba lleno de puestos les dije que se los compraba, pero que se lo llevaran al Museo. La encontré en relativo buen estado, aunque ya le habían raspado el diente dorado porque creyeron que era de oro. Incluso logró reparar el mecanismo que hacía que sus ojos se movieran, lo cual es altamente terrorífico y las macanas también."
“Es un monstruo de exhibición”. Ahí se encuentran las butacas originales del cine Ermita, la placa del Consulado Alemán.
EL PRÍNCIPE DE LA LAGUNILLA
“Mi papá hizo una colección hecha a pie, como dicen “los chachareros”. De mano en mano, caminando en las calles, visitas a bazares, en la Lagunilla, Portales, Plaza del Ángel y otros de la ciudad de México. “Adquirió muchos juguetes en depósitos y fierro viejo”, platicó el director creativo.
“En un principio iba guardando los momentos felices de su infancia, coleccionaba las envolturas del Tin Larín, cascos de refrescos, álbumes. Lo que se vendían en el mercado, los artesanales que se vendían en las calles, que tomaba objetos de su vida cotidiana. Y coleccionaba los juguetes que su padre traía de Japón de la posguerra a México”, agregó.
En su opinión, todos los juguetes tienen vida, tienen energía. Un juguete que no se abrió, que nadie jugó o produjo gozo y alegría a muchos niños, no tiene sentido.
Roberto Y Shimizu, ha coleccionado 200 juguetes diarios, (división de las piezas con sus años vividos). Los tiene clasificados por pieza. Quién se la vendió, dónde las compró, cuánto le costó. Recuerda perfectamente todo.
En 1921 los padres del arquitecto Shimizu llegaron de Japón. Su puerto de entrada fue Mazatlán, en un viaje de 48 días.
FAMILIA SHIMIZU TRAJO EL SUSHI A MÉXICO
VISITAS AL MUSEO
El peculiar Museo cuenta con 9 salas de exhibición en 4 pisos, 1 terraza de arte urbano, 2 tiendas; una sala de arte feo. Abre de lunes a viernes de 9 a 17: horas y sábado y domingo de 9 a 16:00 horas. De manera frecuente hay promociones 2X1.