“El único dialogo que hemos tenido ha sido con reporteros”: acusan en Tula abandono del gobierno
Pese a que en la zona se han desplegado un gran número de elementos de distintas corporaciones, los damnificados por las inundaciones se quejan ante la falta de organización y la desatención por parte de los tres niveles de gobierno
Alberto Jiménez / La Prensa
“Perdimos todo. Toda una vida de sacrificios y mucho trabajo, la perdí en cuestión de unos segundos; nadie nos avisó y nos sorprendió en la noche. Perdimos todo lo que teníamos, pero gracias a Dios, toda mi familia está completa", lamentó la madre de familia Guadalupe Cortés, vecina de la Calzada Melchor Ocampo, una de las zonas más afectadas por las inundaciones del pasado lunes en el municipio de Tula.
Las cuatro familias que convivían a lo largo de un pasillo de cuartos -ubicados a escasos metros del Río Tula- apenas tuvieron tiempo de levantarse y salir hacia la parte alta de la colonia. Sin recibir apoyo de las autoridades municipales, las familias tuvieron que emplear sus propios medios para trasladarse a un lugar seguro.
“Sólo han venido a darnos cajas con despensas pero no han revisado nuestras casas, no nos han vacunado por el agua contaminada, ni un vaso de agua nos han ofrecido”, asintió otro miembro de la familia mientras limpiaba unas sillas de madera, completamente cubierta con lodo.
El dolor por el que atraviesa la familia entera, se evidencia en sus rostros y en las lágrimas ocasionales que derraman al tratar de rescatar un poco de sus objetos de valor. Los integrantes más pequeños dejaron atrás sus mochilas, libros y cuadernos de la escuela, justo ahora que reanudaron las clases presenciales y tienen la opción de regresas a las aulas a convivir con sus amigos.
Mientras se asomaba por un ventanal roto por la fuerza de la inundación -que en varios puntos rebasó los dos metros de altura- la lideresa de la familia Juárez Cortés recuerda que el espacio le fue heredado por sus abuelos.
Este cuarto de ahí era mi casa; una casa que recibí de mis padres y ellos de mis abuelos, y que tomó muchísimo tiempo construir. Era mi casa, porque todo lo que tengo ahí quedó inservible
Los integrantes de las familias Juárez Cortés y Cortés Soto denunciaron que, a tres días de la tragedia, aún no han recibido acercamientos ni apoyos del gobierno local o federal. Todos argumentaron que el único dialogo que han tenido a lo largo de estos días, ha sido con los medios de comunicación.
Frente a la columna de viviendas -construidas una tras otra- se aprecian los estragos de las torrenciales lluvias que azotaron a la comunidad y a la violenta inundación que les arrebató todo a su paso. Esta generación de la familia afirmó que han trabajado arduamente los últimos 50 años para ofrecer algo a sus hijos.
A 72 horas del desastre natural, solo familiares, amigos y compañeros de los hijos han llegado a externar su mano y dar apoyo: “El apoyo que no dan los amigos es invaluable. Ellos si han venido a darnos su apoyo moral. Ellos me dan mucha motivación”, continuó.
En un espacio de tiempo que se dieron para compartir alimentos, los afectados sostuvieron que ahora entienden a las familias que viven cerca de las costas y que año tras año han padecido los estragos de la madre naturaleza.
Ahora entiendo a toda la gente de las costas, donde reciben fuertemente los huracanes y los ciclones.
Ahora los entiendo y puedo decir que estoy en sus zapatos. Lo que nos pasó a nosotros no fue un huracán, pero aun así perdí todo mi patrimonio por la fuerza del agua
Mientras los 20 integrantes de las familias Juárez Cortés y Cortés Soto limpiaban sus trastes y muebles en la vía pública, con trozos de jabones, grupos de militares, enfermeros y doctores avanzaban por la zona sin voltear a verlos.
“Yo tengo una sobrina que es enfermera y nos dijo que era urgente que nos vacunáramos porque el agua está contaminada, pero de todos los doctores que han pasado por aquí, ninguno nos ha ofrecido el servicio”, añadió la madre.
Con lo que les resta de esperanza, las víctimas estiman que en las próximas horas reciban apoyo del gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, o del presidente municipal de Tula de Allende, Manuel Hernández Badillo.
“Esperamos también apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador para poder levantarnos nuevamente. Pero no nada más con eso, sino con la fuerza de voluntad que tengamos, nos vamos a volver a levantar. Vamos a volver a empezar de cero y vamos a volver a estar bien”, concluyeron.
Al igual que estas cuatro familias, cientos de personas se encuentran actualmente bajo las mismas condiciones y padecen los estragos del desbordamiento; con incertidumbre y miedo sobre lo que pasará en los próximos días, algunos de ellos se niegan a abandonar lo poco que les quedó.
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Pocos de ellos afirmaron que durante las madrugadas, grupos de delincuentes se aprovechan de la situación e irrumpen a los domicilios desalojados para apoderarse de objetos de valor o dinero en efectivo.
Debido a que elementos de las policías locales y estatales tampoco les brindan seguridad, los afectados tienen que realizar rondines de seguridad y permanecer en las zonas afectadas para cuidar su patrimonio.
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