De Durango para San Luis, las “gorditas” de guisado

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Los integrantes de la familia Morales Moreno llegaron a San Luis Río Colorado hace 35 años, procedentes de la ciudad de Durango, en busca de un mejor porvenir y lo encontraron.

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Ana Morales platicó que en 1985 arribaron a este municipio ella y sus 8 hermanos de la mano de su mamá, la señora Manuela quien venía con la idea de trabajar para sacar adelante a sus hijos.

“Allá en Durango mi mamá vendía tortillas de maíz, tenía una tortillería y también hacía tamales para vender. Siempre ha sido muy trabajadora, muy luchona. Ese es el ejemplo que nos ha dado a nosotros como hijos y lo hemos seguido”, destacó Ana.

PREPARAN “GORDITAS” DESDE 1996

Platicó que su hermano José Luis, luego de trabajar por un tiempo en los campos agrícolas de Estados Unidos tomó la decisión de vender órdenes de pollo asado, pues era un platillo que le quedaba muy sabroso.

Ahora puedo decir que gracias a mi padre Dios todo ha funcionado muy bienAna Morales Moreno

Fue así que, animado por sus familiares, emprendió un negocio propio en la banqueta de su casa y al poco tiempo se unió Ana con la venta de “gorditas” de guisado, logrando colocarse en el gusto de la gente que llegaba atraída por el característico sabor de esta comida tradicional mexicana.

Las “gorditas”, en un principio, estaban rellenas de carne asada con queso, carne con chile rojo y con chile verde, chicharrón en salsa roja y salsa verde, picadillo y frijol con queso.

Con el paso de los años los hermanos Morales Moreno innovaron en los guisados dándoles su propia sazón e incrementando el menú con tacos de carne asada, quesadillas y horneadas e incluyeron entre los cocineros a su hermano Jesús y a su primo Reyes.

Ana considera que gracias a los consejos de su madre lograron expandir el negocio a un local más amplio e involucrar a un mayor número de miembros de su familia que actualmente se encargan de atender las “Gorditas Durango”.

APRENDIÓ A COCINAR CUANDO ERA NIÑA

Ana recordó que desde niña su mamá le enseñó a cocinar. “Mi mamá siempre ha trabajado y yo le ayudaba a cuidar a mis hermanos por eso tuve que aprender a cocinar desde muy chica. Me gusta hacerlo. Es algo que disfruto”.

Dijo que nunca imaginó que se asociaría con sus hermanos para el manejo de una empresa familiar, pero su mamá los impulsó y motivó a emprenderlo. “Ahora puedo decir que gracias a mi padre Dios todo ha funcionado muy bien”.

Ana destacó que aunque la señora Manuela no ha sido parte del equipo de trabajo de las “gorditas”, se mantiene al tanto de lo que sucede. “Mi mamá viene y mira cómo estamos trabajando y nos hace observaciones. Nos aconseja que siempre demos lo mejor a los clientes. Nos dice que hagamos de cuenta que lo que servimos es para nosotros”.