CRÓNICA. Paraíso después de la Refinería Olmeca: historia de la degradación de un pueblo

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I

Un perpetuo caos vial. Un constante ir y venir de centenares de obreros, enfundados en overoles anaranjados. Una fila de al menos seis kilómetros de largo, integrada por inmóviles vehículos pesados con el motor encendido, pertenecientes a las compañías contratistas. Un reloj descompuesto, detenido a las 6:50 horas, en pleno parque central.

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Esto es lo primero que encontrará quien pretenda visitar el municipio de Paraíso, Tabasco, a tan sólo unos días de la inauguración de la primera etapa de la Refinería Olmeca, obra insignia de la 4T.

Otra cosa salta a la vista, al internarse en este otrora pueblecillo adormilado del sureste mexicano: la proliferación de tiendas OXXO con venta de bebidas alcohólicas, de expendios de cerveza SIX y Modelorama que salen al paso sobre la carretera que conduce al centro. Hay más comercios de estos giros, da la impresión, que escuelas por kilómetro cuadrado.

El recorrido realizado por El Heraldo de Tabasco constata la versión de los lugareños: la bonanza prometida nunca llegó. Y si llegó, no fue para todos: "Están haciendo su agosto los de siempre", dice tajante Pedro Domínguez, zapatero remendón, quien ofrece sus servicios apostado en las inmediaciones del primer cuadro.

"Para mí es igual, lo mismo... (la) mejora (fue) para las compañías. Para nosotros está pior, porque todo subió... todo se encareció. Vivo en Paraíso desde siempre... dice mientras repara unos Nike rojos, y da ocasionales sorbos a su vaso de pozol.

Cuenta que tiene tres hijos y uno de ellos trabaja en la refinería, el mayor, de 30 años de edad. También tiene una jovencita de 25 y un menor de 15 años. A todos los ha sacado adelante con su esfuerzo, pero aún así, no ve futuro posible a raíz de la obra. Le preocupa, además, la seguridad de sus vástagos.

"La cosa cambió para la gente de fuera. Pero la inseguridad está peor cada vez", afirma.

Y es que, según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), los delitos de impacto social crecieron dramáticamente en la zona, al encontrarse Paraíso en el lugar 6 del ranking estatal en el 2019, y pasar al número 1 en 2022, con 27.3 de la incidencia delictiva por cada 100 mil habitantes.

Desde que el ejército de 35 mil trabajadores (no todos mexicanos, y mucho menos tabasqueños, como prometió la 4T) hicieron su arribo a este apartado rincón a orillas del Golfo de México, proliferaron las cantinas, los bares de mala muerte, lo puntos de tiradero de drogas y las casas de prostitución. Se buscó la postura de las autoridades del Ayuntamiento, respecto al aumento de estos giros, y se les preguntó si tienen un padrón actualizado y cumplen con las regulaciones. Sin embargo, el silencio fue la única respuesta por parte de los funcionarios.

En contraparte, el municipio de Paraíso tiene 147 escuelas y sólo 23 bibliotecas, la mayoría de ellas con graves problemas de infraestructura, falta de maestros y carencias en todos sus servicios, según datos del último informe de la propia Secretaría de Educación del Estado de Tabasco.

Son las 11 de la mañana, y en las inmediaciones de la plaza de armas, un grupo de al menos 9 alumnos de la Escuela Secundaria Técnica Número 31, hombres y mujeres, pasan el rato a la sombra de un árbol.

—El otro día me asaltaron por la comisaría; me quitaron mi mochila y por eso me tuve que comprar esta —dice Gibrham 'N', entre risas y burlas de sus compañeros.

—Mi mamá tiene trabajo en la refinería, y mi hermano es maniobrista. Le ha ido bien, trabaja hasta los domingos... —añade otro adolescente, a pregunta expresa.

Los chicos están en pleno horario escolar, pero como es quincena, los maestros se han "ido a cobrar" y el alumnado sale temprano. Los días 15 y los 30 los pasan en algún parque público. Este día en particular, no pueden irse a sus casas ni aunque quieran, porque hay un bloqueo de pobladores en una de las arterias principales del municipio, lo que paralizó el transporte público.

—No hay combis, no hay a dónde ir... Ahorita va a venir un helicóptero (por nosotros) y va a bajar —dice unos de los chicos, en son de broma. Los demás no paran de reír, y luego, ante el temor de ser fotografiados, huyen en desbandada.

II

Paraíso se está convirtiendo en el "paraíso" de los contrastes sociales, de las abismales brechas económicas entre sus pobladores.

El alojamiento es un problema constante, pero también una solución para quienes contaban con una propiedad, o bien algunas habitaciones en desuso, dentro de su propia casa. Todo se adaptó y cambió en función de la demanda: las rentas se dispararon a las nubes. Hay hoteles "con aspiraciones", edificios que alguna vez fueron modestos y cobraban tarifas económicas, pero que hoy aprovecharon la oportunidad y han crecido. Y esa, "oportunidad", parece ser la palabra clave, aunque la línea entre "oportunidad" y "oportunismo" sea especialmente delgada en las condiciones y el contexto en el que se encuentra el municipio.

"No le va bien al que se levanta a las 9 de la mañana. Pero sí tú tienes un negocio de comida, vas a vender porque hay demanda. A la gente que quiere trabajar le va bien. Desgraciadamente, nosotros los tabasqueños estamos mal, porque estamos acostumbrados a levantarnos tarde... y (no) vamos a trabajar que porque el sol, que por el calor. Son muchos pretextos y la gente de fuera viene a ver el futuro", dice Óscar Jiménez, quien afirma estar aprovechando las bondades que ha traído la obra de la Refinería Olmeca.

"No me dedico al ramo petrolero, pero sí al ramo inmobiliario. Si sale una venta de terreno, lo vendo. Si sale un negocio, o una oportunidad de comprar... la tomo. O si alguien me dice, oye, necesito tantos litros de pozol, lo compro a alguien que me lo de barato, y le gano unos pesos. Un peso o dos por bote, ya es dinero, y es lo que no todos tenemos esa visión de pensar que un peso es ganancia. Oportunidades hay en Paraíso... pero también hay quienes no las quieren aprovechar. Hay letreros en las oficinas. Se solicitan obreros, soldadores, pintores, secretarias... pero aquí la mayoría no quiere trabajar".

Es casi mediodía, el calor arrecia y hasta los boleros y vendedores de dulces comienzan a buscar refugio de los rayos del sol. Además, el bloqueo carretero, que ya casi cumple 24 horas, afecta las rutinas de los habitantes, quienes tienen que buscar formas alternas de movilidad. Antes de irse, Óscar justifica a los manifestantes, quienes mantienen inmóvil la fila de tráilers a la entrada del municipio. La cola sigue creciendo con cada hora que transcurre, ocasionando pérdidas para las compañías y trastocando la vida de los ciudadanos.

"El bloqueo es porque en esa carretera, la compañía no puso señalamientos en los cruces de peatones... existen los cruces, pero no los señalamientos... te voy a enseñar unas fotos.. han habido muertes como las que te voy a enseñar aquí (dice sacando su teléfono celular). Mira, este señor y esta señora, su esposa, perdieron la vida en un accidente, por no haber reductores de velocidad. Ya van más de diez personas fallecidas. Entonces, los ciudadanos, madres y padres de familia, están pidiendo que vuelvan a poner los topes, los que quitó la compañía para construir este Periférico, pero ya no los volvieron a colocar. El transporte pasa a toda velocidad lo cual representa un riesgo, principalmente para los niños que van a la escuela de la comunidad. Esperamos que el gobierno del estado haga su trabajo. Es una responsabilidad que tienen, porque el gobierno estatal ni el federal le han cumplido a Paraíso. ¿Qué están esperando? Tenemos problemas de energía eléctrica, ya que hay carencia de transformadores, ocasionando muchos apagones. Tenemos carencia de agua potable...".

III

Alcanzar (o alejarse) de la zona de conflicto en cuestión, no es fácil. Se trata de un libramiento vial que atraviesa la localidad de Moctezuma Primera sección, la quinta más poblada de todo Paraíso, la cual, de acuerdo a la carta municipal, discurre entre casas, pequeños comercios (changarritos de venta de comida y abarrotes) y hasta una escuela.

Debido al bloqueo, solamente un vehículo lleva y trae a las personas que tiene la necesidad de atravesar la zona. Es una desvencijada combi, que entre caminos polvosos de tierra y lodo, brincotea de un lado a otro con todo y sus pasajeros: un grupo de señoras cargadas de bolsas y mochilas, acompañadas de niños y niñas en edad preescolar, perfectamente peinados y uniformados. Cada que pasa frente a una casa, el chofer de la combi toca enloquecidamente la bocina para llamar la atención, y ver si a alguien se le ofrece viaje.

En el lugar del bloqueo, el director de la Policía dialoga con los ciudadanos. Los habitantes rechazan la colocación de bollas, y exigen que pongan topes y pasos peatonales. No es para menos. En la mencionada vía han ocurrido por lo menos 11 muertes, de acuerdo a datos de los mismos pobladores, todas ellas por accidentes viales achacables a que las compañías y el municipio retiraron los reductores de velocidad, arbitrariamente, con la complacencia, o al menos debido a la falta de acción de la alcaldesa Ana Luisa Castellanos Hernández.

Los anteriores intentos de diálogo entre habitantes y representantes de la Junta Estatal de Caminos, de la Secretaría de Gobierno y de Petróleos Mexicanos, han fracasado. El conflicto se empantanaría 24 horas más a a partir de ahí, pero los bloqueos y otros problemas sociales graves que ocurren alrededor de la obra de la refinería Olmeca, son cosa de todos los días. "Cuando no es por una cosa, es por otra. Y espérense a que terminen de construirla, y ya verán cómo nos van a dejar, abandonados a nuestra suerte", señalan los pobladores, cansados.

Cerca de ahí, a dos calles, la familia Juárez, vecinos todos de Moctezuma Primera sección, convive en el solar de la casa, mientras beben algunas cervezas y escuchan corridos que resuenan a todo volumen desde las bocinas de una camioneta de trabajo. No son ajenos al bloqueo, pero se dicen cansados de esperar y protestar.

—El problema son los camiones de Techint; hace 15 días murieron dos personas en un accidente. La señora estaba embarazada. Antes había tope aquí y había tope allá, pero ya no. Nunca mandan a una patrulla. Antes no había accidentes, y hoy hay accidentes diamadre —dice uno de los señores, cerveza en la mano.

Se refiere a los vehículos propiedad de la Compañía Techint, Ingeniería y Construcción, en cuyo portal web puede leerse;

"Somos especialistas en diseñar, construir y poner en marcha obras de gran envergadura. Brindamos servicios a nivel global para los segmentos de oil & gas, energía, minería, downstream, plantas petroquímicas e industriales, y obras civiles de infraestructura".

—La verdad, eso pasó... la señora y el señor murieron, dejarion huérfano a un niño...

—A mi abuelito lo mató un tráiler que venía a exceso de velocidad. El tráiler se metió a la casa... nosotros lo hacemos por nuestros hijos, es que no respetan... los traileros a veces si se paran, pero esos camiones de Techint... esos pasan, ¡zum! ¡zum! ¡zum! —interviene otro.

—Todos los niños de la comunidad llegan a la escuela Venustiano Carranza. Solamente hay una escuela aquí, y todos los pochis (mototaxis), todos esperando ahí en la parada, una hora para que pueda dar vuelta el pochi... Aquí Tránsito Municipal no entra, les hemos pedido que vengan, y nada. Por eso el plantón.

—Imagínense, algún loco viene y mata ahí a todos los muchachitos —sentencia una mujer perteneciente a la familia.

—El otro día, allá por La Quinta, venía circulando una señora. Le dio paso a otra, pero una moto no se detuvo y se llevó a la peatón... Tránsito no existe. Estamos olvidados por la autoridad...

—En la escuela había topes.. la presidenta municipal dice que los quitaron por ser zona federal... y no es cierto, esto no es zona federal.

—Aquí en la comunidad no se ha percibido ningún cambio, más que esa carretera que hicieron para matar gente... —dice otro integrante de los Juárez, a voz en cuello, señalando hacia la calle vacía, lodosa, en donde sólo parece imperar el calor... y el abandono.

TESTIMONIO 1

"Trabajo allá por la comandancia. Estamos limpiando ahorita unas palapas allá por La Esmeralda... somos cinco de familia. Mi esposo trabaja de militar. A nosotros no nos ha beneficiado en nada la obra de la Refinería. Yo no veo ningún beneficio... pero ni esas pozas de agua han querido tapar... el otro día se metieron unos tráilers, todos reventaron ese cablemental... hicieron firmar un seguro, y nunca se lo vinieron a construir (reparar) ellos (los vecinos) tuvieron que componer la luz"

María de Lourdes 'N', vecina de Moctezuma Primera Sección

TESTIMONIO 2

"Estamos varados desde ayer como a las 5 de la tarde. Pero estamos con la gente, queremos que las autoridades les den una solución... Le pedimos a la presidenta municipal que se presente. Si escucha esto, queremos decirle que la gente está en la mejor forma para dialogar. Las empresas ya se acercaron, ¿por qué no se ponen de acuerdo la presidenta y las empresas para poner los topes? No cuesta mucho...

Juan Manuel 'N', chofer de tractocamión

TESTIMONIO 3

"Si hubo generación de empleo..,. vino mucha gente de fuera, se levantaron muchos negocitos... hay circulación de dinero, el detalles es que las personas que llevan a cabo las obras, las dejan mal hechas... claro, a mí me fue bien, yo me dedico al as ventas, y como hay dinero, hay ventas. Mi hermana, tiene una casa, la está rentando. Mi mamá tiene dos cuartitos, los está rentando... entonces sí hay una mejoría, hasta ahorita... De plano la presidenta municipal, tiene cero..

Alejandro Hernández, comerciante

TESTIMONIO 4

"Aumentó la delincuencia, aumentaron los precios, aumentaron los embotellamientos. Ahorita ya están tapadas todas las salidas, pero cuando la refinería esté trabajando, va a aumentar las enfermedades y la contaminación... por eso tienen bloqueo de las entradas y salidas de Paraíso, porque quieren que les pongan topes para evitar accidentes, (hay) accidentes por donde quiera... generalmente trabajadores de la refinería"

Ana Gómez, empleada de una tortillería