A diferencia de las galas más importantes del entretenimiento internacional, la alfombra roja de la 51 entrega de los premios a lo mejor de la música brilló por el concepto de “cero elegancia”
Richard Norris empezó su carrera como tenista cuando iba a Harvard, y tras negarse a que le amputaran las piernas por sobrevivir al Titanic, logró ganar una medalla en los Juegos Olímpicos