Camellón de Tizoc: Moisés elabora espantapájaros para proteger su milpa
Moisés, un hombre en situación de calle, cultiva maíz en un camellón de Cuernavaca y protege su siembra con espantapájaros
Miriam Estrada / El Sol de Cuernavaca
En medio de la vida urbana, sobre el Paseo Cuauhnáhuac, entre los municipios de Cuernavaca y Jiutepec, una milpa ha crecido en un camellón. No se trata de un proyecto gubernamental ni de una iniciativa comunitaria, sino del esfuerzo de Moisés, un hombre que, tras llegar a la ciudad hace ocho meses, encontró en la tierra del camellón un motivo para trabajar día con día.
Moisés, originario de Arcelia, Guerrero, emigró a Cuernavaca buscando una mejor vida. Sin embargo, las circunstancias lo llevaron a vivir debajo de un puente peatonal, enfrentándose a la realidad de otros tantos: la falta de empleo y vivienda.
Sin embargo, como El Sol de Cuernavaca tuvo la oportunidad de documentar, Moisés tomó acción ante las adversidades y decidió sembrar maíz y chiles en el camellón.
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La transformación del paisaje urbano
Con el transcurrir de las semanas, el crecimiento de la milpa no pasa desapercibido. Luis Flores, fotógrafo de El Sol de Cuernavaca, capturó imágenes de las espigas que ya forman parte del paisaje urbano entre Cuernavaca y Jiutepec, pero no sólo eso, ahora, hay otros dos actores en el escenario.
Y es que Moisés, preocupado por proteger su cultivo, improvisó dos espantapájaros con los materiales que tiene a mano. Así, como si fuera sacado de algún cuento, los personajes van y vienen en esta historia que, entre todos, atestiguamos.
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Pero Moisés no sólo se dedica a la siembra, también ha limpiado el área, desazolvando una coladera cercana, evitando que las lluvias inunden esa parte de la avenida. Así lo hizo saber Lilliana Hernández en Facebook.
No obstante, la de Lilliana no es la única reacción, puesto que la historia de Moisés ha llegado a muchas otras personas, que ven en él un ejemplo de perseverancia; la prueba de que la decisión de una persona puede transformar el entorno.
"Ojalá respeten su trabajo, que en su condición es bien arduo", escribió alguien más en las redes sociales respecto a la situación de Moisés y su milpa.
La lucha de Moisés
A pesar del apoyo de la comunidad, Moisés vive en condiciones precarias bajo un puente, en una construcción improvisada hecha de cartones y plásticos.
"Pido un peso, pero me da vergüenza pedir", comentó en una entrevista previa a Jessica Arellano, periodista también de El Sol de Cuernavaca. En aquella ocasión, Moisés explicó que sembrar fue su forma de contribuir y dar algo a cambio a quienes lo han apoyado. Su meta es simple: que la cosecha prospere y poder compartir un elote con quienes pasan por el lugar.
Aunque su historia se ve como un ejemplo de resiliencia, la realidad es más compleja. Moisés no es un "abuelito pintoresco", como algunos lo retrataron, sino un hombre en edad productiva que enfrenta la dura realidad de vivir en situación de calle.
El caso de Moisés no es único. En Cuernavaca y muchas otras ciudades del país, las personas en situación de calle luchan día a día por sobrevivir.
En redes sociales, muchos han lanzado un llamado a las autoridades locales, exigiendo que se brinde apoyo a Moisés y a otros como él, pero la respuesta ha sido casi nula.
¿Se arma la elotiza?
El futuro de la milpa de Moisés aún está por verse. Mientras las espigas siguen creciendo, la gente espera que su esfuerzo sea recompensado con una cosecha exitosa. "¿Entonces qué, se arma o no la elotiza?" escribió Flores Alejandro, un usuario de redes sociales que, como muchos otros, sigue de cerca esta historia.
Lo que es seguro es que, más allá de la cosecha, la historia de Moisés sembró algo más importante: la conciencia sobre la necesidad de actuar, no solo con palabras de aliento, sino con acciones que ayuden mejorar la vida de personas como él y por qué no, también sobre los espacios públicos, nuestros espacios públicos.