Melchor Nava: El comerciante que convirtió llantas recicladas en un negocio de arte y creatividad

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Alan Tovar

CORTAZAR, Gto.- La pandemia por COVID-19 trajo consigo retos económicos para muchas familias, y Melchor Nava, un comerciante de Cortazar, no fue la excepción.

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Dueño de una pequeña tienda de abarrotes, vio cómo sus ventas disminuyeron drásticamente durante el confinamiento, lo que lo llevó a buscar nuevas formas de generar ingresos.

Fue entonces cuando un regalo cambió su vida. Un familiar le obsequió una figura decorativa hecha con material reciclado, despertando en él una curiosidad inesperada.

Intrigado por el arte del reciclaje, Melchor decidió experimentar con llantas en desuso, transformándolas en figuras decorativas y muebles funcionales.

“Un día llegó mi cuñada con un tucán hecho de llanta que había traído para mí de sus vacaciones y en ese momento me di cuenta que ese oficio era para mí, en un principio me salían bien mal o no me salían, pero me esforcé y cada vez más lo fui perfeccionando, hasta que encontré en dónde dejar mi capacidad de arte”, comentó Melchor.

Al principio, sus creaciones fueron simples, pero con el tiempo desarrolló una habilidad sorprendente. Sin haber explorado antes su lado artístico, descubrió un talento oculto que lo llevó a perfeccionar su técnica.

Desde macetas y sillas hasta mesas y esculturas de animales, cada pieza que elabora es única y tiene un toque especial de creatividad y funcionalidad.

Hoy en día, Melchor Nava se mantiene económicamente gracias a este arte. Su trabajo se ha hecho popular en los tianguis, donde monta su puesto para vender sus creaciones.

Además, ofrece sus piezas fuera de su casa donde tiene su negocio al que llamó “Arte en llantas El Güero”, y en las inmediaciones de algunas plazas, donde la gente se sorprende por la calidad y originalidad de sus diseños.

“Me he ido a vender hasta a otros municipios y termino casi todo, pero la mayoría de las veces aquí afuera de mi casa donde quité mi tiendita y puse las figuras, me llegan a buscar para comprarme, he hecho hasta pedidos especiales como un cocodrilo de 3 metros de largo que se fue con personas de Irapuato”, señaló.

Más allá del beneficio económico, Melchor se ha convertido en un promotor del reciclaje, demostrando que los desechos pueden convertirse en arte.

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Su historia es un ejemplo de resiliencia y reinvención, mostrando cómo, ante la adversidad, es posible descubrir nuevas pasiones y salir adelante con creatividad y esfuerzo.

“Yo ocupo cada pedazo de las llantas, desde las de tráiler, camiones, hasta bicicletas; trato de encontrarle la forma y en qué puedo utilizarlas, para que no quede ni se vaya nada al medio ambiente, pues esta es una forma también de reciclar. Yo recuerdo que aquí adelante a cada ratito había quema de llantas, ahora mejor les digo tráiganmelas aquí y yo se las compro”, finalizó Nava.