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Celaya31 de marzo de 2025
Localviernes, 21 de marzo de 2025

Evitar el consumo de comida chatarra tardará generaciones: Investigadora

No sólo depende de prohibirla en las escuelas, de los docentes, comerciantes y padres de familia, sino también del sistema publicitario

chatarra
Docentes pueden sensibilizar a los menores para que, por iniciativa propia, no compren frituras. / Foto Alfonso Berber / El Sol del Bajío
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José Sánchez

Celaya, Gto.- Tardarán varios ciclos escolares para acabar con los malos hábitos de alimentación con comida chatarra en las escuelas, porque depende no solo de las normas dentro del plantel, y de los comerciantes fuera de las instituciones, sino de la cultura familiar, que es el punto de partida de una buena o pésima nutrición.

Así lo informó la doctora Ana Laura Gallardo Gutiérrez, Investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien recientemente impartió una cátedra a la comunidad estudiantil de la Universidad Pedagógica Nacional UPN 112.

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En entrevista dijo que “el programa de prohibir la venta de alimento chatarra en los planteles de educación básica inició hace un par de semanas, denominado “Vida Saludable”, y serán varias acciones para la prevención de la salud, no venta de comida chatarra en las escuelas”.

Sin embargo, consideró que habrá serios problemas para que la teoría pase a la práctica, porque dentro y fuera de las escuelas hay factores que complicarán la situación.

“La intención es que junto con los programas de prevención al interior del plantel, la sensibilización y el conocimiento fomentado de maestros a los alumnos, cuando salgan los niños del plantel, no consuman comida chatarra en la calle y tampoco en la casa”, expuso.

Reconoció que los maestros no pueden evitar que los alumnos compren comida chatarra saliendo del plantel, pero lo que sí se puede hacer en el salón es entregar herramientas de conocimientos para que cuando salgan, puedan enfrentar con buenas decisiones la situación.

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Ana Laura Gallardo Gutiérrez, Investigadora de la UNAM habló sobre los alimentos chatarra.  / Foto Alfonso Berber / El Sol del Bajío

“En casa es lo mismo, porque son los padres de familia los primeros en tener malos hábitos, con el refresco de cola, las papas, las frituras y poca fruta y verduras”, dijo.

Reconoció que son largos procesos de cambio social, y un decreto no puede marcar el cambio de un día para el otro, porque la cultura social está en constante movimiento, y malos o buenos hábitos alimenticios o de cualquier tipo pasan de generación en generación.

Ahondó que el problema no sólo está dentro de la escuela, fuera del plantel o en las casas, sino que también es el sistema el que, por medio de publicidad, fomenta el consumo de comida chatarra, el refresco de cola, los dulces, los llamados chetos que pintan los dedos y la boca.

Necesita ser regulado toda la situación mediática, porque son productos que dañan la salud, y no se anuncian como tales, sino al contrario, como el refresco de cola que se anuncia en contextos de Navidad y familias unidas y felices, cuando en silencio está dañando”, explicó.

Enfatizó que, como todo proceso, necesita su tiempo y su maduración, en donde la escuela debe entrarle, así como los padres de familias, y las mismas autoridades o gobierno para regular estos alimentos chatarras que, como el cigarro, tardó mucho tiempo en que desapareciera como anuncios, y todavía hay gente que fuma, sabiendo que les dañará los pulmones.

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