Ecobici tiene problemas
Hace unos meses estuve en Bogotá por cuatro días. Me suscribí al sistema “Tembici”, el equivalente de Ecobici en la capital colombiana. Puedo hacer muchas comparaciones, algunas a favor y otras en contra.
De entrada, la Ciudad de México tiene mejores bicicletas, pero en Bogotá existe la opción de asistencia eléctrica, que en una ciudad con grandes pendientes se vuelve una ayuda invaluable. También hay bicicletas con asientos para niños. En cuanto al mantenimiento y balanceo de estaciones, en Bogotá la mayor densidad de estaciones permite que, ante una posible falta de balanceo, siempre haya una opción cercana. Sin embargo, el mantenimiento es un problema tanto en Tembici como en Ecobici.
En la Ciudad de México, el problema ya es grave. Basta ver una estación llena para notar que todos los asientos están cuarteados. En temporada de lluvias, esto significa que los cojines absorben agua y mojan la ropa. En el último mes me han tocado bicicletas sin frenos, sin cambios, con piezas dobladas o rotas. También estaciones sin bicicletas o sin puertos y muchas unidades bloqueadas por descompostura.
Tenía un jefe que decía: “Nadie quiere ser Santa Anna en su tierra”, es decir, no cedas lo que no es tuyo. Eso fue exactamente lo que hizo el exsecretario de Movilidad de la Ciudad de México, Andrés Lajous: logró que Ecobici perdiera el 55% de su presupuesto anual. Claro que lo vendió como un triunfo: la Ciudad de México pagaba 200 millones de pesos al año, y con la licitación el pago quedó en 544 millones por seis años. Vamos a desmitificar ese supuesto triunfo: fue un acto caprichoso que puso el esfuerzo en el lugar equivocado. Santa Anna en Semovi.
El secretario de Movilidad tiene la responsabilidad de mejorar la movilidad. La Contraloría y la Secretaría de Administración y Finanzas son las encargadas de mejorar procesos administrativos. Pero Lajous insistió en usar metodologías de licitación para mejorar el beneficio público. El esfuerzo, aunque loable, no le correspondía. Y ese ni siquiera es el problema principal: al final de cuentas, lo que logró fue un sistema descapitalizado. La empresa ganadora tiene responsabilidad, sin duda, y se ha hecho acreedora a sanciones, pero insisto: al secretario de Movilidad le corresponde mejorar la movilidad, y en eso fracasó.
Aún hay que decir algo más sobre la torpeza de Lajous. El permisionario previo, Clear Channel, no solo recibió pagos de 200 millones al año, sino que también obtuvo permisos de publicidad que aún conserva, a pesar de ya no operar Ecobici. La clave para mejorar el beneficio público de Ecobici no estaba en una licitación que descapitalizara al operador, sino en reasignar los espacios publicitarios a la ciudad y ceder su operación, temporalmente, a particulares, única y exclusivamente para la administración del programa.
En resumen, la dependencia equivocada organizó una subasta de manera equivocada, lo que resultó en un sistema descapitalizado, mal operado y en condiciones deplorables. Todo esto sin reorganizar la publicidad que financiaba parcialmente el sistema. Si Clara Brugada quiere llevar Ecobici a las 16 demarcaciones, primero tendrá que restituir el presupuesto que Andrés Lajous de Santa Anna le quitó. Por lo pronto, Ecobici tiene problemas y urge atenderlos.
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