Además de un símbolo de fe, esta solicitud también representa un acto de caridad, ya que los fondos recaudados se destinan íntegramente a ayudar a los más necesitados
La historia del negocio se remonta al momento en que fue vendido a Lucía Romano Muñoz, originaria de Cholula, quien buscaba una mejor vida para ella y sus 11 hijos
Oaxaca mostró que la creciente gentrificación, que azota este y otros estado del país, no podrá apropiarse del símbolo cultural de sus 16 pueblos originarios y el pueblo afromexicano