elsoldetampico
Tampico18 de abril de 2025
Análisissábado, 8 de marzo de 2025

Gryita.com, Fylosofía en expresión / El mundo de los distraídos, como recuperar el sentido

Síguenos en:whatsappgoogle

Vivimos en tiempos en los que la atención se ha convertido en un recurso tan valioso como escaso.

Nuestra mente salta de una pantalla a otra, de una notificación a la siguiente, de una tarea inacabada a otra que se acumula en la lista de pendientes. La hiperconectividad nos ha llevado a un estado de alerta constante, donde la distracción se ha vuelto la norma y la concentración, un lujo.

Pensemos en lo cotidiano: cuántas veces iniciamos una conversación con alguien sin realmente escuchar, cuántas veces intentamos leer un libro y nos sorprende la tentación de revisar el celular, cuántas veces nos encontramos atrapados en la ansiedad de estar “conectados” y, paradójicamente, nos sentimos más desconectados de nosotros mismos que nunca.

Las grandes filosofías han advertido sobre los peligros de una mente dispersa. Desde el estoicismo hasta el budismo, la enseñanza es clara: el dominio de la atención es clave para la paz interior y la verdadera conexión con la vida. El filósofo estoico Séneca decía: “No es que tengamos poco tiempo, sino que desperdiciamos mucho”. Y en la actualidad, lo desperdiciamos en una avalancha de distracciones que nos roban la posibilidad de vivir con intención.

Las redes sociales y la economía de la atención han explotado una de nuestras mayores vulnerabilidades: la necesidad de estímulos constantes. Cada notificación activa una dosis de dopamina en nuestro cerebro, generando una sensación efímera de recompensa. Sin darnos cuenta, nos volvemos adictos a la validación digital, mientras nuestra capacidad de enfocarnos y reflexionar se desvanece.

El problema no es solo tecnológico, es filosófico y existencial. Nos estamos volviendo seres fragmentados, incapaces de sostener el hilo de una idea, de habitar el silencio sin sentir ansiedad, de apreciar la belleza de un instante sin la compulsión de capturarlo en una foto. ¿Cómo recuperar el sentido?

La respuesta está en la disciplina de la atención. Aprender a cultivar el silencio interno, establecer límites con la tecnología y redescubrir el placer de la profundidad en lugar de la inmediatez. La práctica del mindfulness, la meditación y el hábito de leer sin interrupciones pueden ser actos revolucionarios en una era donde la distracción es la norma.

El reto no es menor. Desconectarse del ruido digital y reconectar con nuestra esencia requiere un esfuerzo consciente. Significa decidir qué merece nuestra atención y qué no. Significa priorizar lo que nos nutre en vez de lo que nos entretiene momentáneamente. Significa elegir estar presentes en la vida en lugar de perdernos en la superficialidad del algoritmo.

El ritmo de vida acelerado también ha generado una percepción errónea del descanso. Pensamos que estar ocupados nos hace más productivos, cuando en realidad la saturación mental nos aleja de la claridad y la creatividad. Recuperar la atención no solo implica apagar dispositivos, sino aprender a descansar, a mirar el cielo sin culpa, a dar paseos sin destino. Solo en la pausa podemos recuperar la capacidad de asombro.

Además, no podemos ignorar el impacto de la distracción en nuestras relaciones humanas. Cuántos momentos compartimos sin estar realmente presentes, cuántas veces respondemos con un “ajá” mecánico mientras nuestra mente está en otro lugar. La calidad de nuestras conexiones depende de nuestra capacidad de atención. Si queremos relaciones más profundas y significativas, debemos empezar por estar verdaderamente presentes.

La humanidad ha encontrado sentido a través de la contemplación, el pensamiento profundo y la conexión auténtica. Recuperar nuestra atención no es solo un acto de resistencia contra la distracción, es un acto de amor propio, un camino hacia la verdadera libertad.

  • Escríbeme: gryitafuerte@gmail.com

  • Facebook Gryita Fuerte

  • RE-GENERACIÓN 19

ÚLTIMAS COLUMNAS

Más Noticias