Explosión pone en duda al sistema de protección civil
Estancia infantil de SEDESOL está justo enfrente
Tomás BAÑOS
Dos muertos y tres heridos graves, saldo de detonación en vivienda de Ixtacuixtla Tomás BAÑOS y Moisés MORALES
La explosión de una bodega clandestina de pirotecnia en Ixtacuixtla, que dejó un saldo de dos calcinados y tres heridos graves la mañana de este miércoles en plena zona urbana de Ixtacuixtla, pone en duda la operatividad del sistema de protección civil municipal y estatal.
Y es que se trata de la tercera detonación de este tipo en menos de cinco días y sin que las autoridades finquen responsabilidades.
Al fuerte estallido registrado alrededor de las 08:30 horas de ayer en la calle Benito Juárez de la colonia Chapultepec, se suman los ocurridos la tarde del pasado viernes en las secciones Segunda y Tercera de Xaloztoc, donde en sendos domicilios detonó material de pirotecnia y de combustible de dudosa procedencia almacenado ilegalmente, aunque en éstos casos no hubo pérdidas humanas, pero sí daños materiales por varios miles de pesos.
Al ser cuestionado, el titular de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), Joaquín Pluma Morales, confirmó que la bodega siniestrada en Ixtacuixtla es clandestina, ya que el artesano, Pedro Salas Espinosa, únicamente tiene permiso para fabricar artefactos a base de pirotecnia en un predio ubicado a lo lejos de la zona urbana.
Desconocía CEPC que bodega clandestina operaba frente a estancia infantil de Sedesol
Sentencia titular de la dependencia que habrá investigación a fondo“Efectivamente es una bodega clandestina, aquí es una casa-habitación y no se puede ocupar para ese tipo de trabajo, mucho menos en una zona poblada y frente a una estancia infantil”.
Habitantes vivieron un ‘infierno’
De acuerdo con versiones preliminares, el domicilio del artesano Pedro Salas Espinosa era ocupado para entregar la mercancía que producía en su polvorín.
Fue así que la mañana de ayer se disponía, junto con sus trabajadores, a cargar en el patio de su vivienda una camioneta con material que tenía vendido y sería quemado por la noche en una celebración religiosa del municipio de Santa Apolonia Teacalco.
Sin embargo, una probable falla en la manipulación del material provocó la detonación del material que tenía en su interior la unidad Nissan, color blanco, placas WZ-27-690, para después incendiarse un vehículo Jetta color verde, placas 418-YBW del Distrito Federal, propiedad de la familia.
El incendio propagó las llamas hasta la vivienda -de dos pisos- y bodega en la que había más material pirotécnico, lo que causó que absolutamente todo quedara reducido a cenizas.
Al instante, elementos de seguridad municipal, paramédicos, bomberos y efectivos de diferentes corporaciones, así como de la XXIII Zona Militar, se movilizaron para atender la contingencia.
Y pese al riesgo latente de otra explosión, vecinos y familiares intentaron sofocar las llamas con cubetas llenas de agua.
Incluso, fueron los propios vecinos quienes se encargaron de retirar los dos automotores incendiados del interior de la casa a la calle, para que bomberos procedieran a cumplir con su labor con motobombas.
En tanto, habitantes de viviendas aledañas evacuaron la zona; lo mismo hicieron educadoras con al menos seis niños que minutos antes habían sido dejados por sus padres en la Estancia Infantil “Giselle”, perteneciente a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
El intenso humo dificultó la labor de los bomberos que buscaban a más víctimas en la planta alta, sitio donde estaba almacenada la pólvora y artefactos, a tal grado que salían en repetidas ocasiones al balcón para tomar oxígeno.
Los soldados acordonaron el lugar para evitar riesgos entre la población, ya que se registraron varias explosiones en menos de 15 minutos.
Identifican a víctimas
Autoridades y familiares que llevaron a cabo la búsqueda e identificación de las víctimas informaron que Efraín Ramírez Osorio, de 19 años de edad, fue la primera persona que perdió la vida calcinada y cuyo cuerpo quedó en el patio.
En tanto, Giovani Hernández Martínez, de 21 años, murió calcinado en el interior de la vivienda a causa de las repetidas explosiones.
Mientras que el dueño de la empresa dedicada a la fabricación de pirotecnia, Pedro Salas Espinosa, de 53 años de edad, fue trasladado con diversas quemaduras en su cuerpo al Hospital Integral de San Martín Texmelucan, Puebla, así como su joven hijo de 18 años, Cristian Arnold Salas Fernández, mientras que Noé Guadalupe Martínez González, de 19 años, fue ingresado al Hospital General de la Secretaría de Salud, en la capital tlaxcalteca.