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Localviernes, 2 de julio de 2021

Bronce y cobre; el oro en el mercado de los chatarreros de Tlachaloya

Los metales son tan cotizados que, en algunos casos, los monumentos hechos a base de estos materiales son robados con frecuencia

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/ Fotos: Luis Rodríguez | El Sol de Toluca
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Filiberto Ramos / El Sol de Toluca

Los precios de la chatarra de metales que se compran en Tlachaloya aparecen en una lista colocada sobre una paleta de madera a pie de carretera. El cobre y el bronce aparecen en letras negritas, por ser los residuos más cotizados. Los que son más caros en la compra y venta.

La ruta hacia Tlachaloya, en la zona norte de Toluca, ha sido avecindada desde hace años por locales de reciclaje de PET, cartón y en un porcentaje no menor de metal.

"Esto sale de todo: una lavadora, un refri, el cable", explica Eugenio, empleado de un local pequeño, que ha hecho su industria a partir del fierro viejo.

El mercado negro donde se mueven los compradores del “fierro viejo” es el mercado a donde llega la mayoría de tuberías desmanteladas de domicilios y negocios, también las alcantarillas robadas en vialidades e incluso placas y monumentos de espacios públicos.

"Varea (sic) el precio", asegura el fierrero. Se refiere a que el material debe evaluarse y saber si ha sido rehusado.

El cobre brilloso es quizás el tipo de metal más cotizado por este tipo de compradores, por ser el más puro y tener la garantía de que no ha tenido un uso previo a su venta y que puede comprarse hasta en 160 pesos el kilo, explica el chatarrero.

En 2018, en la capital mexiquense se registraron más de 15 robos de placas y estatuas de personajes instaladas en parques y espacios públicos, lo cual incluso obligó a las autoridades municipales a reforzar la seguridad en dichos lugares.

Un hecho similar se repitió en junio pasado, con el robo de la estatua al astronauta mexicano José Hernández, ocurrido en el municipio de Zinacantepec.

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Con las consultas hechas en los locales de Tlachaloya, se pudo constatar que mientras el costo de cobre sucio alcanza los 80 pesos el kilo, el de aluminio delgado se compra en 17 pesos el kilogramo.

El primero es obtenido de tuberías y cableado y el segundo de cazuelas y tubos de construcción.

Los compradores revelaron que cada tipo de metal, sustraído de diversas piezas e infraestructuras, tienen variación en el precio, por el nivel de uso y la pureza que se puede obtener de cada una.

“Nadie te va a comprar el kilo de metal en más, porque no hay garantía de dónde se obtiene, ni qué tanto uso tiene”, confirmó uno de los fierreros consultados.

En la mayoría de estos giros no existe una regulación de la autoridad, porque son negocios que se alimentan del mercado negro, del hurto en domicilios y piezas instaladas en parques.

“Los que roban el aluminio y cobre del cableado eléctrico vienen a que les compremos, lo traen ya comprimido y cortado, uno lo que hace es pagarles y listo, no te metes en más problemas”, admitió el comerciante.

Allí en Tlachaloya, todo el material obtenido de PET y cartón es legal. Es una industria enorme que otorga empleados a miles de familias. Pero otra parte de esa industria, la de metales, es la que se negocia en el mercado negro.

Otros precios en el metal chatarra son los del aluminio grueso, que se compra en promedio en 18 a 20 pesos el kilo. Este tipo de material es extraído de motores viejos de vehículos y de lavadoras de ropa.

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Asimismo, el aluminio de latas de refresco se compra en estos establecimientos en 20 a 23 pesos el kilogramo, según los sondeos hechos.

En tanto, el bronce sencillo tiene precios de 55 a 60 pesos el kilo de forma general en el mercado negro, material del que están hechos muchos de los monumentos históricos colocados en espacios públicos.

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