Opinión Salvador Guerrero Chiprés / Monóxido, el enemigo en casa
Desde Tijuana a Ciudad de Juárez, de New Hampshire a Georgia o en la Ciudad de México, en una humilde vivienda de láminas de cartón, un departamento, residencia o un resort, las historias trágicas relatan los casos de quienes se fueron a dormir y no despertaron.
Miles de personas que cada año fallecen por intoxicación con monóxido de carbono (CO), un gas letal sin olor, color ni sabor, producido por la quema incompleta de combustibles como gas, madera, carbón y queroseno. Aunque puede aparecer en diversos entornos, la mayoría de los casos ocurren en el hogar, donde sistemas de calefacción defectuosos o ventilación insuficiente son las principales causas.
En Estados Unidos, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) estima al menos 430 muertes anuales y unas 50 mil personas en salas de emergencias. El INEGI registra en México alrededor de 250 fallecimientos.
La casa, tradicionalmente un refugio seguro, se convierte en una trampa mortal cuando el CO entra en juego. Las causas más comunes incluyen calentadores defectuosos o mal instalados, antiguos o sin mantenimiento; el uso de braseros y fogatas comunes en zonas rurales y urbanas marginadas; el empleo de estufas para calentar habitaciones. Cerrar puertas y ventanas para mantener el calor impide la renovación del aire y acumula niveles tóxicos del gas.
El problema no distingue clases sociales. Desde viviendas humildes hasta hogares urbanos bien equipados, cualquier espacio con sistemas de combustión puede ser un terreno fértil para esta amenaza, cuyo mayor peligro es su invisibilidad.
A diferencia de otros gases, el monóxido de carbono no tiene señales evidentes; sus efectos iniciales, como dolor de cabeza, náuseas, mareos y fatiga, pueden confundirse con enfermedades. Sin intervención, estos síntomas evolucionan rápidamente a desmayos, convulsiones y la muerte.
Aunque los detectores de monóxido de carbono son la herramienta preventiva más efectiva, algunas medidas incluyen el mantenimiento regular de calentadores, estufas y chimeneas.
Enfrentar el frío en temporada invernal requiere prevención en cuanto a las medidas empleadas, que se fortalecen con programas sociales como el impulsado por la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada para llevar cobijas y vacunas a poblaciones vulnerables.
En situaciones de emergencia una llamada oportuna al 911, operada desde el C5 de la capital nacional, ayuda a salvar vidas. Frente a situaciones médicas que requieren atención inmediata, las personas son canalizadas al área de Telemedicina, donde por medio de videollamada reciben indicaciones prehospitalarias y el envío de una ambulancia de ser necesario.
El monóxido de carbono es un enemigo invisible, pero no invencible.
Opinión por Salvador Guerrero Chiprés