Michoacán crea nueva editorial pública; busca difundir el acervo patrimonial e intelectual del estado
El sello busca promover autores olvidados y contemporáneos de aquel estado con la publicación de libros coeditados con el Fondo de Cultura Económica
Kevin Aragón
Para promover la lectura y reactivar la producción editorial de su estado, el gobierno de Michoacán creó la editorial “Cuarta República”, la cual presentó 10 títulos coeditados con el Fondo de Cultura Económica (FCE), en la librería Octavio Paz del FCE, al sur de la Ciudad de México.
La editorial busca publicar primordialmente autores michoacanos, así como difundir el acervo patrimonial e intelectual del estado, fortaleciendo ferias regionales y municipales, explicó Carlos F. Márquez, coordinador de “Cuarta República”, quien describió este nuevo proyecto editorial como “una posición política en defensa del pensamiento”.
“Para nosotros es de suma relevancia contar con una editorial pública que sea inclusiva y democrática, porque la difusión de la creación intelectual, artística, cultural, académica y científica no puede estar sujeta a las reglas de la industria editorial, cuyos intereses, en ocasiones van más allá de lo comercial y se colocan incluso, en el terreno ideológico”, agregó.
FIL Minería 2025: habrá más de mil actividades es su edición 46
La Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería celebrará su edición 46, del 21 de febrero al 2 de marzoF. Márquez igualmente detalló que para el reconocimiento de la riqueza intelectual y cultural de Michoacán el catálogo general de la editorial abarcará los ámbitos de la historia, la ciencia, la educación, la filosofía y la literatura, sin importar el año en que se han escrito. También agradeció al FCE que fue la parte encargada de la impresión de los libros.
Libros que todo mexicano debería leer
Las 10 publicaciones que se presentaron forman parte de una colección de libros clásicos de historiografía, que el gerente del FCE, Francisco Pérez Arce destacó por su valor histórico y la dificultad de hallarlos en el mercado editorial.
“Esta colección tiene algunos títulos extraordinarios muy importantes. Algunos de ellos son rescates que han sido reconocidos como grandes libros, escritos por grandes autores como Luis González y González, quien escribió “Pueblo en vilo”, que es una historia que todo michoacano y todo mexicano debería leer, pues es la historia nacional vista desde un pueblo”, ejemplificó Pérez Arce.
Otros títulos de la colección que destacó fueron “Francisco J. Múgica. El presidente que no tuvimos”, de Anna Ribera Carbó, indispensable para entender la historia del cardenismo; la biografía “Don Melchor Ocampo, reformador de México”, de José C. Valadés, y “México profundo: una civilización negada”, de Guillermo Bonfil el cual, aseguró, no se editaba desde finales del siglo pasado.
“Estos libros tienen que difundirse, no puede ser que libros de este tipo desaparezcan y queden allá, como arqueología” , dijo
De los antecedentes de estas coediciones, Paco Ignacio Taibo II, director general del FCE, relató que son producto de colaboraciones anteriores entre la editorial bajo su cargo y la Secretaría de Educación del Estado de Michoacán, las cuales comenzaron con la creación del Plan de Fomento a la Lectura “En Michoacán se Lee”.
“Este es un proyecto que nació de la relación amorosa, absolutamente explícita y pecaminosa entre el gobierno de Michoacán y el Fondo, la cual tiene que ver con que Michoacán es un estado con buenas perspectivas del incremento de la curiosidad y el placer por la lectura, enorme”, dijo el funcionario, quien enlistó como acciones colaborativas la entrega de libros a escuelas, la promoción de clubes de lectura y la formación de bibliotecas populares.
➡️ Únete al canal de El Sol de México en WhatsApp para no perderte la información más importante
Por su parte, Gustavo Ogarrio, coordinador de “En Michoacán se Lee”, dijo que el plan que dirige inició como una respuesta al bajo índice de capacidad de comprensión lectora en el estado y la desvinculación del sector educativo con los libros como parte de la actividad docente, atribuido, entre otras razones a la desatención y el desmantelamiento de editoriales públicas gubernamentales y universitarias.