La famosa Casa Colorada: Así luce la Ex-Hacienda de Santiago entre Santa Bárbara y El Oro
En la actualidad, se le conoce como Casa Colorada y es solo una sombra de su antiguo esplendor como una de las haciendas más prosperas y emblemáticas del periodo virreinal
Jaime Martínez
El tiempo, implacable y silencioso, ha dejado su huella en lo que alguna vez fue una de las haciendas más prósperas y emblemáticas del periodo virreinal. Hoy, en el entronque de la carretera que une Santa Bárbara y San Francisco del Oro, la Casa Colorada, antes conocida como la Ex-Hacienda de Santiago, se encuentra en un lamentable estado de abandono.
Esta edificación histórica, que en su época de esplendor albergó a una de las familias más influyentes de México, es ahora solo un vestigio de la grandeza de otros tiempos. Lo que una vez fue un imponente edificio, es ahora un conjunto de muros ruinosos que se deterioran con cada día que pasa, amenazando con desaparecer por completo si no se realiza una intervención urgente.
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Muy cerca de Parral se encuentra la Exhacienda de Canutillo, echa un vistazo sobre todo lo que puedes encontrar en este lugarLa historia de la Ex-Hacienda de Santiago comienza en 1630, cuando fue fundada por el Conde Denbing. Esta propiedad, que inicialmente se dedicaba a actividades agrícolas, ganaderas y textiles, fue durante siglos testigo del auge económico que la región experimentó gracias a la minería y a la actividad productiva.
No obstante, la verdadera transformación de la hacienda llegó en el siglo XX, cuando pasó a manos de James Edwin Hyslop, un empresario escocés que dejó una huella indeleble en la historia de la minería en México.
James Hyslop llegó a México en 1895, estableciéndose en la ciudad de Parral, Chihuahua, donde rápidamente se consolidó como uno de los empresarios más exitosos de la época porfiriana. Su habilidad para los negocios lo llevó a adquirir importantes propiedades mineras, y, con el tiempo, se convirtió en copropietario y gerente general de “San Francisco del Oro Mines, LTD”. Además de su éxito en el sector minero, Hyslop también incursionó en otros campos productivos, como la agricultura, la ganadería y la producción textil, lo que le permitió expandir su influencia y consolidar una fortuna considerable.
En 1903, James Hyslop contrajo matrimonio con María Beckmann, hija del reconocido minero alemán William Christian Beckmann, otro influyente terrateniente del estado de Chihuahua. Al heredar la Hacienda de Santiago, Hyslop vio el potencial de la propiedad no solo como una residencia familiar, sino como un centro de operaciones para su creciente imperio empresarial.
La Hacienda, con su amplia extensión de tierra, se convirtió en un punto estratégico dentro de las actividades económicas que Hyslop gestionaba, y la familia Hyslop Beckmann hizo de ella su hogar durante muchos años.
Durante su estancia en la Hacienda de Santiago, Hyslop y su familia vivieron rodeados de lujo y comodidades propias de la alta sociedad de la época. La hacienda, que fue convertida en una residencia imponente, se distinguía por su arquitectura de estilo virreinal, con detalles que reflejaban el auge económico del periodo porfiriano.
Sin embargo, la vida en la Hacienda de Santiago no solo se limitaba a la opulencia. En sus campos se cultivaban diversos productos, y en sus establos se criaba ganado de alta calidad. Además, la producción textil y la manufactura de otros bienes contribuían al dinamismo económico de la región.
James Hyslop, un hombre visionario y trabajador incansable, también adquirió varias fincas en distintos estados de México, lo que le permitió diversificar aún más sus intereses comerciales. Desde viñedos y ladrilleras hasta lecherías y fincas agrícolas, Hyslop creó un vasto imperio productivo que le permitió mantener a su familia y asegurar el bienestar económico de la región.
Este fue el período de mayor esplendor para la Hacienda de Santiago, que fue testigo de la prosperidad de un hombre cuyo nombre se vinculó estrechamente con el desarrollo de la minería en México.
Sin embargo, la prosperidad de la familia Hyslop comenzó a verse amenazada por la enfermedad de James Edwin Hyslop. El 11 de enero de 1928, el empresario escocés falleció de un infarto, producto de una afección que había padecido durante varios años. Su muerte marcó el fin de una era de bonanza para la Hacienda de Santiago, y con ella, el inicio de un largo período de decadencia para la propiedad. La muerte de Hyslop no solo significó la pérdida de un empresario visionario, sino también el inicio del lento proceso de deterioro de la hacienda.
Tras la muerte de James Hyslop, la familia Hyslop Beckmann se desintegró poco a poco, y la Hacienda de Santiago pasó a ser abandonada. Durante las décadas siguientes, la propiedad fue saqueada y sus estructuras, antes majestuosas, comenzaron a ceder ante el paso del tiempo y la falta de mantenimiento.
En la actualidad, se le conoce como Casa Colorada y es solo una sombra de su antiguo esplendor. Sus muros, corroídos por el paso de los años, ofrecen poco consuelo a aquellos que aún recuerdan la grandeza de la hacienda en su apogeo.
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Llegó como inmigrante y fue un hombre visionario en los negocios al invertir inicialmente en la minería, pero también en la agricultura, ganadería y otras industriasLa Casa Colorada, como es conocida hoy en día, enfrenta un futuro incierto. Si bien algunos historiadores y expertos en patrimonio han hecho llamados para preservar el edificio y evitar su desaparición, el deterioro continúa su curso imparable. Las autoridades locales, por su parte, han señalado la importancia de restaurar este patrimonio histórico, no solo para preservar la memoria de un importante período en la historia de México, sino también para mantener viva la memoria de aquellos empresarios que contribuyeron al desarrollo económico del país en el siglo XX.
El futuro de la Ex-Hacienda de Santiago dependerá de los esfuerzos de restauración y conservación que se realicen en los próximos años. De no tomarse medidas, es probable que este emblemático edificio desaparezca para siempre, llevándose con él una parte importante de la historia de la minería y el crecimiento económico de México.
La Casa Colorada es un testimonio vivo del legado de James Edwin Hyslop, un hombre que, a pesar de su muerte, sigue siendo recordado como uno de los empresarios más influyentes de su tiempo.
El caso de la Hacienda de Santiago es solo uno de los muchos ejemplos de cómo el paso del tiempo, la falta de cuidado y la indiferencia hacia nuestro patrimonio histórico han llevado a la ruina a muchos edificios y monumentos que alguna vez fueron parte integral de nuestra historia. Sin embargo, todavía queda esperanza de que, a través de esfuerzos conjuntos, se pueda recuperar y preservar este valioso legado para las generaciones futuras, asegurando que la Casa Colorada no se convierta en solo un recuerdo borroso en la memoria colectiva.