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Análisismartes, 11 de febrero de 2025

Pre-Textos del Caimán / El amor a través del tiempo: Mitología, tradición y el Día de San Valentín

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El 14 de febrero, Día de San Valentín, se ha convertido en una fecha emblemática para celebrar el amor y la amistad en gran parte del mundo. Sin embargo, detrás de los corazones, los chocolates y las flores (y los moteles), se esconde una rica historia que conecta tradiciones cristianas, ritos paganos y mitología antigua. Este día, más que una invención comercial, es un reflejo de cómo el amor ha sido una fuerza central en la vida humana desde tiempos inmemoriales.

La figura de San Valentín, un sacerdote cristiano martirizado en el siglo III, es el punto de partida de esta celebración. Según la leyenda, Valentín desafió al emperador Claudio II, quien había prohibido los matrimonios para los jóvenes soldados, argumentando que los solteros serían mejores combatientes. Valentín, creyendo en el poder del amor, realizaba matrimonios en secreto, un acto de rebeldía que le costó la vida. Su sacrificio lo convirtió en un símbolo del amor romántico y desinteresado.

Pero antes de que San Valentín fuera canonizado, los romanos ya celebraban la Lupercalia, una festividad pagana que tenía lugar del 13 al 15 de febrero. Este ritual, dedicado a Fauno, dios de la fertilidad, y a la loba que amamantó a Rómulo y Remo, incluía sacrificios, purificaciones y sorteos de parejas. Aunque no era una fiesta del amor en el sentido moderno, la Lupercalia celebraba la fertilidad y la unión, elementos que resuenan en nuestra concepción actual del amor.

La mitología griega, por su parte, nos ofrece una visión aún más profunda del amor. Eros, el dios del amor y el deseo, era considerado una fuerza primordial que unía no solo a las personas, sino también a los elementos del universo. Su equivalente romano, Cupido, con sus flechas que despertaban pasión, sigue siendo un ícono del Día de San Valentín. Afrodita, la diosa del amor y la belleza, también desempeñaba un papel crucial en las historias mitológicas, recordándonos que el amor puede ser tanto una bendición como un desafío. Historias como la de Psique y Eros o los tumultuosos amores de Zeus y Hera nos muestran que el amor, en todas sus formas, ha sido un tema central en la cultura humana desde sus inicios.

El mito de Eros y Psique es quizas una de las mejores historias de amor. Érase una vez un rey que tenía tres hijas. La menor, Psique, era mucho más bella que sus hermanas y parecía una diosa entre los simples mortales. La fama de su belleza se había extendido por todo el reino y los hombres acudían al palacio para adorarla y admirarla.

Cuando la gente veía a Psique decía que ni siquiera la propia Afrodita podía competir con ella. Cuanto más la conocían, menos recordaban a la diosa del amor y la belleza. Los templos de Afrodita estaban abandonados, sus altares cubiertos de cenizas, todos los honores reservados a ella se atribuían a una muchacha mortal.

La diosa no podía aceptar tal situación y le pidió a su hijo Eros que le ayudara a vengarse. Le dijo “usa tu poder y haz que esta pequeña niña desvergonzada se enamore de la criatura más vil y despreciable que jamás haya caminado sobre la tierra”. En principio, Eros aceptó ayudar a su madre, pero en el momento que vio a Psique, sintió su corazón atravesado por una de sus flechas. No podía conseguir que que esa encantadora doncella se enamorara de una criatura horrible, por lo que decidió no compartir eso con su madre.

Por su parte, Psique buscaba el amor, pero no lograba enamorarse de nadie y, sorprendentemente, nadie parecía enamorarse realmente de ella. Era la más hermosa de la tierra, pero estaba triste y sola. Entonces Apolo dictó una terrible profecía: sería llevada a la cima de una montaña, vestida de negro para que su esposo (una serpiente alada) la sacaría de allí. Entonces una ligera brisa la alcanzó. Era el Céfiro, el más suave de los vientos, quien la elevó sobre la colina rocosa hasta un prado lleno de flores.

Por la noche sintió a un hombre cerca de ella y escuchó su voz susurrándole suavemente al oído. Pronto tuvo la certeza de que no era un hombre. Psique quedó embarazada. Muchos desafíos y traiciones habría que enfrentar. Hasta que Zeus acepta ayudar y envía a Hermes a convocar una asamblea de los dioses. Zeus ordena que Afrodita se rinda y hace que Psique beba ambrosía para que ella y Eros puedan casarse. El hijo de la pareja es Idoni cuyo significado es Placer.

Hoy, el Día de San Valentín es una mezcla de todas estas tradiciones. Aunque su origen cristiano es innegable, los elementos simbólicos que lo acompañan —como los corazones y las flechas de Cupido— tienen raíces en la mitología y los ritos paganos. Además, la idea de celebrar el amor y la amistad no es exclusiva de una sola cultura. Los celtas, por ejemplo, honraban la fertilidad y el renacimiento en Imbolc, una festividad que marcaba el inicio de la primavera.

En un mundo cada vez más globalizado, el Día de San Valentín se ha convertido en una celebración universal. Sin embargo, es importante recordar que el amor, en todas sus formas, ha sido celebrado y venerado desde tiempos antiguos. Ya sea a través de los sacrificios de la Lupercalia, las flechas de Eros o el martirio de San Valentín, el amor ha sido y seguirá siendo una fuerza transformadora.

Este 14 de febrero, mientras intercambiamos regalos y mensajes de cariño, vale la pena reflexionar sobre las raíces profundas de esta celebración. El amor no es solo un sentimiento, sino un legado cultural que nos conecta con nuestras tradiciones más antiguas. Celebrarlo es, en cierto modo, honrar a aquellos que, desde la mitología hasta la historia, han entendido su poder y su importancia en la vida humana.

ernesto.jimher@gmail.com

X: @OsirisJimenez

Instagram y Facebook: ernestojimenezhernandez

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