elsoldetampico
Tampico30 de marzo de 2025
Análisismartes, 21 de enero de 2025

Pre-Textos del Caimán / Winnaretta Singer: Vida y obra de una mecenas visionaria

Síguenos en:whatsappgoogle

Winnaretta Singer nació el 8 de enero de 1865 en Yonkers, Nueva York, en el seno de una familia marcada por la innovación y la fortuna. Su padre, Isaac Merritt Singer, fue el fundador de la famosa empresa Singer Sewing Machine Company, que revolucionó la industria de la costura. Winnaretta fue hija de la segunda esposa de Singer, Isabella Eugénie Boyer.

Tras la muerte de su padre en 1875, la familia se trasladó a Europa, donde Winnaretta se formó en un ambiente culturalmente refinado. Tuvo acceso total a la fortuna que su padre había amasado durante el desarrollo de las máquinas de coser. Recibió todos los privilegios que se podían comprar y, al igual que su madre, se enamoró del arte.

Estudió pintura y se convirtió en una experta en ese campo, pero su verdadera pasión era la música. Desde muy joven estuvo rodeada de grandes músicos, quienes la llenaron con su música increíble. Acompañó a su madre en círculos profundamente artísticos y entabló muchas amistades, entre ellas Gabriel Fauré. Fue a través de este hombre que encontró su lugar en el mundo artístico, convirtiéndose en su benefactor.

Debió a su madre ese amor por la actividad artística, pero la relación entre las dos pronto se complicó cuando su madre se volvió a casar. El padrastro de Winnaretta era violento y, tan pronto como cumplió veintiún años, se volvió económicamente independiente. Al año siguiente se consiguió su independencia total al contraer matrimonio.

Ella estaba consciente de que era lesbiana, pero los beneficios de casarse con un hombre eran demasiado tentadores como para desaprovecharlos. Fue la noche de su boda cuando estableció claramente sus límites. De pie sobre un armario y blandiendo un paraguas, declaró: “¡Si me tocas te mataré!”. En esas condiciones el matrimonio pronto se volvió tenso. Cinco años después, los dos lograron anular el matrimonio porque nunca se consumó.

Pronto, todo habría de cambiar. Un año después del fracaso de este matrimonio, el conde Robert de Montesquiou, que conocía su sexualidad y, como hombre homosexual, tuvo una idea. Tenía un amigo que también era homosexual y los presentó, sugiriendo un matrimonio “lavanda”. Este término usado en países de habla inglesa, se usa para referirse a un matrimonio entre un hombre y una mujer realizado como un matrimonio de convenencia para ocultar la orientación sexual socialmente estigmatizada de uno o ambos cónyuges. El término apareció en la prensa británica en 1895, en un momento en que el color lavanda se asociaba con la homosexualidad.

En 1893, se casó con Edmond de Polignac, un aristócrata francés y compositor. Ambos compartían intereses artísticos y culturales, lo que los convirtió en una de las parejas más influyentes del París de finales del siglo XIX. Al compartir un profundo amor por la música y los viajes, los dos disfrutaban el uno del otro. Edmond, bastante introvertido y sensible; Winnaretta sociable con lo que establecieron un gran grupo de amigos, homosexuales, la mayoría de ellos. La pareja mantuvo relaciones románticas fuera de su matrimonio; en el caso de Winnaretta, destacan las relaciones con Romaine Brooks, Olga de Meyer, Ethel Smyth, Renata Borgatti, Violet Trefusis y Alvilde Chaplin. No obstante, eso no interrumpió su amor mútuo, ya que siguieron trabajando para crear juntos un hogar que fuera un “templo de la música”.

Winnaretta Singer, conocida como la Princesa Edmond de Polignac tras su segundo matrimonio, se destacó como una de las más grandes mecenas de las artes en su tiempo. Su fortuna le permitió patrocinar a destacados músicos, compositores y artistas, contribuyendo de manera significativa al desarrollo cultural de Europa. Entre los artistas que apoyó se encuentran Claude Debussy, Erik Satie, Maurice Ravel, Igor Stravinsky, Marcel Proust, Manuel de Falla, Francis Poulenc y Darius Milhaud; a mujeres como Wanda Landowska, Isadora Duncan, Colette y Clara Haskil.

En su salón de París, ubicado en la Rue Cortambert, organizaba reuniones artísticas y musicales que se convirtieron en un punto de encuentro para la élite cultural de la época. Allí se estrenaron obras importantes como el “Quarteto para cuerdas” de Ravel y el “Bolero” fue inspirado, en parte, por su círculo.

En 1901, murió Edmund y le dejó todo a Winnaretta. Honrando tanto a su marido como sus propios deseos, invirtió continuamente en las artes, apoyando a los artistas tanto económica como emocionalmente. Protegía ferozmente a sus amigos y los ayudaba a superar sus fracasos y a alcanzar el éxito.

Además de la música, Winnaretta financió proyectos arquitectónicos, como la construcción de iglesias y viviendas para personas de bajos recursos. También mostró un interés profundo en la educación y en causas filantrópicas. Durante la Primera Guerra Mundial, utilizó sus recursos para establecer hospitales y apoyar a los heridos. En un momento dado, trabajó con Marie Curie para adquirir suministros médicos y reunir las limusinas de su rica amiga para usarlas como ambulancias de guerra.

También fue líder en la creación de viviendas públicas, utilizando su dinero para proporcionar lugares bien mantenidos para que la gente viviera a precios bajos, centrándose específicamente en restaurar edificios para albergar a mujeres maltratadas y sus hijos.

Sus hazañas personales atrajeron la atención: su anulación matrimonial, su franqueza como lesbiana y sus numerosas relaciones con mujeres casadas. Uno de los momentos más dramáticos de su vida es el de un marido que irrumpe en su comedor y grita: “Si eres el hombre que dices ser, ¡ven a batirte a duelo mañana en el Lido!”. Si bien ni hubo duelo y las cosas que el hombre robó y arrojó al río fueron recuperadas al día siguiente, lo ocurrido se difundió ampliamente.

Winnaretta Singer falleció el 26 de noviembre de 1943 en Londres, durante un ataque a la ciudad, dejando un legado imborrable en el mundo de las artes y la cultura. Su vida fue un testimonio de cómo la riqueza puede ser utilizada para fomentar el talento, transformar vidas y preservar el patrimonio artístico. Su labor como mecenas es recordada como un ejemplo de visión y generosidad, y su influencia perdura a través de las obras que ayudó a crear y preservar.

Winnaretta fue excepcional porque fue una excepción.

ernesto.jimher@gmail.com

X: @OsirisJimenez

Instagram y Facebook: ernestojimenezhernandez

ÚLTIMAS COLUMNAS

Más Noticias