El crimen de los amantes de lucerna | Segunda Parte
Un caso perdido en el misterio por un idilio fatal, envuelto por el tráfico de drogas, lavado de dinero, placeres, lujos, venganza y muerte
UN CAZAMILLONARIAS DE NOMBRE JAVIER
Persecución feroz de la policía del Servicio Secreto y de la Judicial, tras el principal sospechoso; "es un vividor y marihuano", afirmaron las sirvientas de la ricachona asesinada.
Daniela Cabrera / La Prensa
-¡Quiubo, mano! ¿Por qué tan contento? -le preguntó uno de ellos-. ¡Conocí una chamacona, anoche, qué no saben… está como quiere!
-¡Voy! No seas exagerado cuate. Además, a ti te gustan las mayorcitas –contestó otro y soltaron la carcajada.
-Por cierto, mano, ¿qué tal estuvo anoche la movida? –Más o menos, sólo pudimos desplumar a unos tortolitos. Pero con eso alcanzó para los tragos en el Eco. Como a la medianoche, le cayeron unas chavas… ¡qué les cuento! Yo desde un inicio elegí a la mía y hasta me dio su dirección –respondió efusivo Javier.
-¿Tú qué haces aquí? ¿Estás loco? ¿No sabes que te está buscando la policía? ¿No has visto los periódicos?
Javier pensó se trataba de una broma de su amigo y sonriendo contestó:
-¡Cálmate Miguel! Siéntate. ¡Tú tan bromista como siempre! -¡Qué bromista ni que la chingada! Es en serio, te anda buscando la Judicial y los del Servicio Secreto. ¿No sabes que mataron a tu Mercedes y a su amiguito, el italiano?
-La sonrisa se apagó en el rostro de Javier. Miguel se levantó y le pidió al encargado de la cafetería, le prestara el periódico del día, el cual siempre le repartía un escuincle voceador.
-¡Mira cabrón! ¿Ahora me crees? Te están buscando. La policía cree que tú los mataste –mientras le enseñaba una foto suya y unas líneas donde en efecto, la policía lo señalaba como el principal sospechoso del crimen de “Los amantes de Lucerna”.
BURLÓ LA JUSTICIA EL VICIOSO JAVIER
“CASOS COMO ÉSTE DAN ASCO”
¡SOY UN REBELDE SIN CAUSA, PERO NO UN VULGAR ASESINO!
-Ya le digo, señor que saldrá a flote mucha podredumbre –señaló el elemento policiaco-; a nosotros los policías nada debe sorprendernos, dedicándonos a esta profesión, pero déjeme decirle que toda esta situación apesta. ¡Todos estos muchachitos repugnan! ¡En verdad, trabajar en casos como éste, da asco! –afirmó el investigador.
´-Como usted bien lo sabe, señor Nieto, crímenes como éste, en el que están inmiscuidos sujetos de costumbres extrañas, forman un círculo muy difícil de penetrar y eso complica las investigaciones –aseveró.
-A pesar de todo, estamos haciendo todo a nuestro alcance y más, para resolver este crucigrama y detener a los asesinos –concluyó el sabueso de la policía.
SE ENTREGÓ EL PRINCIPAL SOSPECHOSO DEL CRIMEN
-Buenos días, señores –saludó el muchacho a tres policías que se encontraban en la entrada-, Busco al comandante Fernando Romero. Vengo a aclarar lo relacionado con el crimen de la calle Lucerna.
-¿Quién es usted?, –preguntó uno de los investigadores al joven. –Mi nombre es Javier Nava Cortés.
-Yo no maté a nadie y no sé quién pudo haber sido, por eso estoy aquí –contestó Javier, mientras dos policías lo tomaron de cada brazo y lo introdujeron para interrogarlo.
AUTÉNTICO “REBELDE SIN CAUSA”
EL INTERROGATORIO
-Díganos, señor Nava, ¿tenía usted llave de la casa de Mercedes? –Nunca tuve la llave de la puerta, siempre que iba a verla me abrían las sirvientas. Es más, creo que ninguno de sus amigos tenía llave, pues era muy desconfiada en ese aspecto.
-¿Sabía usted que la española asesinada era sumamente rica? –¡Sí, claro, por supuesto! Ella me invitó hace unos meses a Acapulco con todos los gastos pagados. Siempre llevaba en su bolso de mano de tres a cuatro mil pesos en efectivo, sólo para sus gastos personales o para apostar en el frontón. Derrochaba sin premura. Muchas veces invitaba los tragos a sus amigas y a sus amantes les compraba ropa o prestaba dinero. A mí me ayudó varias veces cuando me encontraba en apuros económicos –señaló el bribonzuelo-, y ya ni hablamos de las costosas alhajas que siempre usaba.
-¿Tuvo usted dificultades con el joven Ylicio? Una de las sirvientas de Mercedes señala que entre ustedes hubo diferencias –Nunca, le digo que yo no lo conocía nunca me fue presentado. Esas muchachas mienten, ¡nunca crucé palabra con ese güero!
¡SOLTÓ LA LENGUA Y SOLTÓ SU COARTADA!
DISCORDIA POR UNA MEDALLA
-¿Qué hizo al enterarse de su muerte? –No me lo esperaba. Cierto es que me impresionó mucho y sabía que la policía buscaba a un tal Javier, pero nunca me imaginé que fuera yo. Hasta que un amigo ayer en la mañana me enseñó las fotos publicadas en La Prensa, entonces supe que se trataba de mí.
“SOLTÓ LA LENGUA”
-Yo me encontraba sin dinero en la ciudad y Meche, a cambio de que fuera a su casa varios días a la semana, me apoyaba con dinero y ropa, pero me cansé de ella, además de que me incomodaba de que fuera mayor que yo, decidí terminar con ella, y eso la disgustó mucho conmigo.
“Sin embargo, la seguí visitando como amigo. Ella me invitaba a comer a su casa y en una de esas ocasiones conocí a Ylicio, pero nunca tuve dificultad alguna con él, ya que tampoco cruzamos palabra.
“Reconozco que he hecho mal al estar así, sin trabajar y ser un zángano, pues mi padre, que en paz descanse, me dijo en una ocasión que el que no trabaja es un bribón.
“Pero les vuelvo a repetir, no soy un vulgar asesino, no he matado a nadie. ¡Soy inocente de este crimen!”.
CAYÓ EN EL VICIO, PERO NO MATÓ A LA PAREJA
-Díganos, señor Nava, ¿es usted adicto a alguna droga? –Fumo marihuana, señor, sólo eso. -¿Trafica con drogas? –Intervino de nuevo el comandante Romero-; No señor, no soy traficante, pero sí consumo yerba.
-Mi situación es tan complicada y triste, señores, que hasta me he prostituido con señores ricachones que en sus casas y ante la sociedad guardan muy bien las apariencias, pero que se dan sus escapadas cuando pueden para buscar a jovencitos con quien acostarse. No me ha quedado de otra. Vine a la ciudad para cumplir un sueño, poder incursionar en el teatro, pero me he hundido en la perdición. No me juzguen, señores, la vida no ha sido fácil para mí. Sin embargo, yo no maté a Meche y al güero ese –aclaró una vez más Javier Nava.
¿DÓNDE ESTUVO LA NOCHE DEL CRIMEN?
-En el bar encontramos al amigo de Víctor, un gringo del cual no recuerdo su nombre, pero tiene como unos 35 años y habla muy bien el español –señaló Javier-; ahí estuvimos bebiendo hasta cómo a las dos de la mañana. Después el gringo nos invitó a su departamento a seguir la borrachera y nosotros aceptamos.
-Cuando nos despertamos eran casi las 10 de la mañana, entonces nos levantamos pero decidimos no ir a Cuernavaca debido a que el día estaba lluvioso. Entonces el gringo propuso dar la vuelta a Xochimilco, y Víctor y yo aceptamos. El paseo duró poco, porque la lluvia arreció y estaba haciendo frío, así que regresamos cerca de las dos de la tarde.
LA ESPAÑOLA ERA UNA LIBERTINA
¡VUELTA DE TUERCA EN EL DOBLE ASESINATO!
-Usted puede preguntarle a cualquiera de sus amistades, mi comandante, pero es obvio que como son personas que ante la sociedad se las dan de buenas y decentes, está claro que lo van a negar, pero en esas fiestas mostraban su lado oscuro.
-Es suficiente, ha terminado el interrogatorio. ¡Llévense a este bribón! –ordenó el comandante Fernando Romero.
SE PRESENTÓ GAXIOLA EN LA JEFATURA DE POLICÍA
-¡Aquí estoy, señores, soy ese que dice el diario buscan ustedes! –dijo Gaxiola a los guardias de turno. -¿Cuál es su nombre? –preguntó un oficial. –Soy Víctor González Gaxiola y soy amigo de Javier Nava, quien está detenido por el crimen de la señora Mercedes Cassola y su joven amante Ylicio Massine.
GORDON REED, SÍ ESTUVO CON ELLOS LA NOCHE DEL DOBLE HOMICIDIO
Consumado el crimen, los verdugos se dedicaron a saquear la caja fuerte que guardaba Mercedes, tomaron el dinero, las joyas y varios objetos más de valor. Y huyeron jadeantes con el amanecer del domingo. Y llevaban 16 días ocultos en algún lado, quizás no muy lejos de la ciudad, pero protegidos en gran parte por la torpeza de la policía.