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Ciudad de Mexico30 de marzo de 2025
Análisislunes, 24 de marzo de 2025

Los abrazos nunca serán para las víctimas

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Los familiares de las víctimas de cada caso de desaparición en México tienen derecho a la verdad, a la memoria histórica, al acceso a la justicia e inclusive a una reparación del daño pero sobre todo, la garantía de no repetición por parte del estado mexicano.

Sin embargo, en este país “del no pasa nada” que ha creado la 4T no basta tener estos derechos, ya que aún cuando están plasmados en la ley, este gobierno de mentiras los mantiene como letra muerta.

La indolencia que muestra la presidentA ante la lamentable realidad que vivimos los mexicanos no es una casualidad, por el contrario es una forma de hacer política, donde ellos, me refiero a AMLO y sus cortesanos y devotos, deben de ser las primeras y si es posible, las únicas víctimas, y para ello hay que echar mano sin escatimar de todos los recursos del estado.

Por ello es que el acceso a la justicia de las verdaderas víctimas es una tarea que parece de plano imposible, porque ante esta forma de hacer política, el estado mexicano no tiene la menor intención de aplicar la ley y restablecer el orden en nuestro tan dañado tejido social.

La semana pasada Claudia Sheinbaum presentó en la máxima tribuna del país (la mañanera) seis acciones inmediatas contra el delito de desaparición, sin embargo ella pierde de vista todo el daño que los gobiernos de Morena han hecho en la materia.

Por ejemplo, desde el sexenio anterior el trato a las víctimas de desaparición inicio su proceso de extinción, cuando el ex presidente Lopez Obrador decidió disolver el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF), así como al Centro Nacional de Identificación Humana (CNIH).

Por otra parte no se vieron avances en la creación del Banco Nacional de Datos Forense y el Registro Nacional de Personas Fallecidas que requieren el compromiso tanto de los Ministerios Públicos, como de las Fiscalías generando con ello la viabilidad de la denuncia y apertura de carpetas de investigación de manera expedita.

Todos estos elementos se vuelven un mal augurio para las propuestas realizadas por la PresidentA, mismas que son redundantes o imposibles de implementar si las condiciones del pasado no se modifican, por ejemplo la demanda de las familias de los desaparecidos respecto a la destitución de la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda, la asignación de recursos acorde a la magnitud del problema que enfrentamos, la honestidad en las cifras de los desaparecidos, el cese de las acciones que desde el estado se enfocan en la intimidación y amenazas en contra de los familiares de las víctimas.

El escepticismo respecto al resultado de las propuestas de la Presidenta se acentúa ante el manejo que se le ha dado al caso en Teuchitlan, Jalisco, donde se constató una lamentable y burda manipulación de la escena del crimen, la cual la terminaron transformando en un escenario mediático, con la participación de periodistas y hasta YouTubers afines a la 4T, alineados en un nado sincronizado solo para fortalecer la narrativa del estado en contra las víctimas.

Una presidentA que elige ponerse como víctima, que pide dejar en paz a AMLO, que inventa la existencia de “campañitas” en su contra, que avala que sus senadores “revienten” las sesiones con tal de no hablar del tema, que maquilla las cifras y donde se repite todos los días el mismo modelo de gobierno aplicado por el ex presidente López Obrador es sólo muestra del “sello de la casa” de la 4T, donde los abrazos nunca serán para las víctimas.

Especialista en temas de Desarrollo y Planeación

@gabysalido

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