Cae la popularidad de Macron a 70 días de asumir la presidencia
Ciertas medidas han desfavorecido a algunos sectores de la sociedad
Carlos Siula / Corresponsal
PARÍS, Francia.- El estado de gracia del presidente francés Emmanuel Macron duró apenas 70 días. El jefe del estado, que accedió al poder el 14 de mayo, se desplomó 10 puntos en el último mes, según un sondeo del instituto Ifop, debido a una serie de medidas impopulares que afectan los ingresos de la clase media y de los sectores más desfavorecidos.
Su derrumbe al comienzo del mandato constituye la caída de popularidad más fuerte registrada por un jefe de Estado dos meses y medio después de su ingreso al Palacio del Elíseo (sede de la presidencia francesa). El precedente más importante fue protagonizado por Jacques Chirac, que perdió 15 puntos entre mayo y julio de 1995.
Pese a todo, tiene 54% de opiniones favorables en la opinión pública y se mantiene a “un nivel elevado con respecto a sus predecesores”.El índice de satisfacción de François Mitterrand era solo 48% en septiembre de 1981 y el de Hollande de 56% en julio de 2012. Solo Nicolás Sarkozy tenía un nivel más elevado en circunstancias comparables (66% en julio de 2007), pero la caída posterior también fue particularmente ruda.
“El regreso de Macron a la atmósfera es brutal. Está enfrentando el recelo de varios sectores de la sociedad”, estimó el director de encuestas de opinión de Ifop, Jerome Fourquet, apelando a una imagen espacial.
Entre las causas que provocaron el fin de la luna de miel entre Macron y la opinión pública, los expertos de Ifop citan aumentos en materia fiscal que afectan directamente a los jubilados, las medidas para reducir las ventajas de los funcionarios, la desconfianza que provoca la reforma del código de trabajo -actualmente en trámite parlamentario- e incluso la crisis con el jefe del Ejército, general François de Villiers.
Gran parte de las críticas subrayan que Macron ejerce “una presidencia basada en la comunicación”.
A ese signo negativo se suma la caída del índice de confianza del primer ministro Édouard Phillipe. Su popularidad disminuyó ocho puntos al pasar de 64% a 56% en solo 30 días.
Esas conclusiones coinciden en gran medida con los resultados de otra encuesta divulgada el miércoles por el instituto Odoxa-Guibor. Ese sondeo reveló que la opinión pública confía en que la política económica “pro-business” de Macron será “eficaz para recuperar el país”, pero -al mismo tiempo- tendrá “consecuencias desfavorables para los más desprotegidos”. Uno de cada dos franceses (51%) piensa que será “eficaz para recuperar el país” y 37% cree que tendrá un “impacto positivo sobre el empleo”.
Ese cuadro relativamente positivo resulta relativizado por otro indicador: 64% de la opinión pública afirma que la política económica de Macron favorece a los empresarios y altos ejecutivos, y -en cambio- resulta socialmente injusta para los obreros, jubilados y desempleados, así como para los jóvenes. Todos esos sectores estiman que serán las principales víctimas de esa política.
La primera prueba de fuego para el gobierno en materia social será la discusión parlamentaria sobre reforma del código de trabajo, que debe comenzar en los próximos días en la Asamblea Nacional. Si bien Macron tiene suficiente mayoría en la Cámara de Diputados para obtener su aprobación, el trámite parlamentario de esa ley puede dar lugar a ásperos debates y, posteriormente, a una fuerte protesta en la calle.
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