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Turismoviernes, 14 de febrero de 2025

La Quebrada: cómo comenzó este salto de fe de 35 metros que los clavadistas acapulqueños dan a diario

Estos atletas arriesgan su vida para poder entretener a los turistas que visitan el puerto guerrerense

Clavadistas la quebrada
Grupo de clavadistas de La Quebrada se prepara para iniciar el espectáculo vespertino en Acapulco, Guerrero / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco
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Francisco Charqueño / El Sol de México


Si visitas Acapulco, ver un clavado en La Quebrada al atardecer o de noche y con antorchas encendidas, es una experiencia inolvidable. ¿Te gustaría saber más sobre su entrenamiento o historia?

Gustavo Gatica Goroztieta, presidente de la Asociación de Clavadistas de La Quebrada, cuenta que estos atletas son una de las atracciones más icónicas de México en el mundo. Estos valientes atletas se lanzan desde acantilados de hasta 35 metros de altura hacia el océano Pacífico, calculando el momento exacto para evitar rocas y aprovechar la marea alta.

Patiño cuenta que esta actividad comenzó cuando, como gesto de valentía y competencia, los pescadores de la zona se lanzaban por los anzuelos que se quedaban atorados en el mar, competían en cada salto. Esto se volvió turístico cuando los viajeros que pasaban a ver las puestas del sol al risco empezaron a ver a los chicos más atrevidos lanzarse, les aventaban una moneda o algo en particular para que pudieran avanzar.

En 1934, se formalizó como un espectáculo profesional, y desde entonces ha atraído a visitantes de todo el mundo; el pasado 12 de octubre, los clavadistas de la quebrada celebraron 90 años de esta destreza.

Acantilados la Quebrada Acapulco
Acantilado de La Quebrada en Acapulco, Guerrero, donde el cerro fue dinamitado para permitir el paso de aire hacia el interior del puerto / Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Riesgo latente en cada lance de la Quebrada

Gatica, quien también fue clavadista en su juventud, cuenta que desde niños han sido entrenados para realizar este ejercicio “deben calcular con precisión el nivel del agua y el momento del salto, ya que el fondo del mar tiene solo cuatro metros de profundidad en marea alta”.  Y precisa que se lanzan desde distintas alturas, desde 12 hasta los 35 metros, alcanzando velocidades de hasta 90 km/h en el aire.

Cuenta que a diferencia de un clavado olímpico, el riesgo es mayor, debido al alto riesgo de medir mal el salto, caer sobre las rocas o calcular mal la entrada al agua, que puede generar tanto lesiones en las extremidades como dilemas en el tímpano o ahogamiento. “Muchos clavadistas provienen de familias con generaciones en la profesión. Antes de cada salto, hacen una oración a la Virgen de Guadalupe en un pequeño altar ubicado en la cima del acantilado”.

Gustavo Gatica Goroztieta, Lilia y Tadeo Torres clavadistas
Gustavo Gatica Goroztieta, Lilia y Tadeo Torres / Foto: Francisco Charqueño

Es por eso que es un salto de fe, porque “no cualquiera hace este tipo de ejercicios, ya que en el momento en el que te pones en el desfiladero de una saliente de la roca, por tu cabeza pasa todo tipo de pensamientos, tus problemas, todo, pero nada debe de importar porque para eso estás ahí, para sacarte cualquier cosa que te pese y dar tu vida entera en un salto”.

Los clavados se han convertido en un espacio para todos, de hecho, hay varios miembros que no alcanzan la mayoría de edad; por ejemplo, Lilia Torres, niña clavadista de 13 años, es la más joven que ha comenzado con esta tradición, y cuenta que al principio su mamá no soportaba verla realizar sus clavados, “pero a mi me encanta, es algo diferente cuando me pongo en posición y hago todas las indicaciones que me enseñaron, es algo increíble”. Por su parte, Tadeo Torres de 12 años, ha sido uno de los niños que ha saltado a su corta edad desde la altura máxima, “Hacerlo da mucho temor y adrenalina pero en el aire lo disfrutas”.

Reconocimientos internacionales de los clavadistas de Acapulco

La tradición de los clavados ha sido llevada a otros países en diversas ocasiones. Por ejemplo, en competencias internacionales de clavados de altura, algunos atletas mexicanos han participado, mostrando técnicas similares a las de La Quebrada

Estas competencias, aunque no son presentaciones oficiales de los clavadistas de La Quebrada, han permitido que el mundo conozca y aprecie esta disciplina.

Placa de los 90 años de La Quebrada
Placa de los 90 años de La Quebrada / Foto: Francisco Charqueño

El espectáculo ha sido documentado en películas, programas de televisión y reportajes. Incluso figuras como Sylvester Stallone, John Wayne y Arnold Schwarzenegger y el mismo Johnny Weissmuller, quien interpretó a Tarzán en el cine, han presenciado este impresionante acto y reconocido la valentía de estos atletas.

Incluso en enero de este año, el estado de Guerrero obtuvo once premios y reconocimientos internacionales, fortaleciendo la turística de los destinos del Hogar del Sol y de los de vocación turística por parte de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) en Madrid, España.

En la Fitur 2025, el titular de la Secretaría de Turismo de Guerrero (SECTURGro), Simón Quiñones Orozco, dijo que Guerrero ha liderado como destino con una amplia promoción turística a nivel global y reafirmando su compromiso con los distintos sectores de turismo.

Además, el marco de los 90 años de La Quebrada, la lotería nacional promoverá a nivel nacional la imagen de este punto turístico de Acapulco que es conocido a nivel nacional e internacional durante este año.

Salón de la fama

Entre los mayores exponentes históricos de estos intrépidos, estos nombres son algunos de ellos:

Raúl García Bravo: Fue uno de los primeros clavadistas en ganar reconocimiento a nivel mundial. Su estilo y precisión lo hicieron destacar en la década de 1950 y 1960.

José Cortés: Conocido por sus increíbles acrobacias, se convirtió en uno de los clavadistas más representativos de La Quebrada en el siglo XX.

Los hermanos Pío y Marcos Pérez: Estos hermanos destacaron en la década de 1970 y fueron fundamentales para dar a conocer los clavados de La Quebrada en el extranjero.

Rodolfo “El Chino” Mendoza: Fue una de las figuras más reconocidas del espectáculo en los años 80 y 90.

¿Cuánto cuesta y cómo llegar a la Quebrada?

Lilia Torres, niña clavadista de 13 años subiendo para su clavado
Lilia Torres, niña clavadista de 13 años subiendo para su clavado / Foto: Carlos Alberto Carbajal / Cuartoscuro

El risco está ubicado en Acapulco, Guerrero, específicamente en el centro de la ciudad, a unos minutos del Malecón y cerca del Zócalo. Se encuentra en la costa del océano Pacífico y es parte de los acantilados naturales de la bahía de Acapulco.

Si quieres visitarlos y estás desde el Zócalo de Acapulco. La caminata dura de 10 a 15 minutos, pero tiene una pendiente pronunciada. Al llegar hay una plaza que te conduce a un mirador desde donde puedes ver los clavados, y también puedes acceder a la zona desde el famoso Hotel El Mirador, que tiene terrazas con vista privilegiada.  

El costo para verlos desde el mirador varía: Niños hasta 1.20 metros hay una cuota de recuperación de 20 pesos; pasando de 1.20 metros la admisión es de 100 pesos por persona.
Al terminar el show, los clavadistas se toman imágenes con el público por un donativo voluntario para apoyarlos a que continúen la tradición.

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