Farmadroguería La Medina, más de 100 años con los poblanos | Clásicos Poblanos
La Medina se ha convertido en un referente en la creación de fórmulas magistrales, preparadas especiales y productos químicos naturales
En la 4 Poniente 107 del Centro Histórico de Puebla se encuentra la farmadroguería La Medina, un establecimiento que ha dejado una huella en el campo de la medicina desde su fundación en 1921 en la ciudad.
Fundada por Antonio Medina Gonzalo, un emprendedor español que buscaba nuevas oportunidades en tierras mexicanas, La Medina se ha convertido en un referente en la creación de fórmulas magistrales, preparadas especiales y productos químicos naturales. A lo largo de los años, el negocio ha experimentado cambios y adaptaciones para mantenerse vigente en un mercado cada vez más competitivo.
Antonio Medina fue un visionario emprendedor español que decidió establecerse en Puebla en 1914, ya que en su país de origen había conflictos políticos. Con su llegada a tierras mexicanas, el hombre notó la ausencia de negocios farmacéuticos similares a los que había conocido en su país natal. Fue entonces cuando decidió emprender y fundar La Medina.
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La Medina inició sus operaciones en una esquina de la 4 Poniente y 5 de Mayo, luego se pasó a una modesta ubicación, con su bodega en la avenida Reforma, donde vendían la materia prima para las farmacias. Sin embargo, en la década de los 30, don Antonio decidió mudar el negocio a su actual local, en el Centro Histórico de Puebla. Esta nueva ubicación atrajo a numerosos clientes locales y foráneos, quienes al principio llegaban en burros, bueyes y años después en vehículos.
“Venían con sus sombreros, huaraches y sus fajas que, si no mal recuerdo, les llamaba víboras, sacaban el dinero de ahí, padrísimo. Estacionaban sus burros, mulas, luego caballos y después se convirtieron en coches”, recuerda Adriana Serret, actual responsable legal y quien desde los 8 años de edad ayudaba al negocio.
Vendían a granel
Desde sus primeros días, La Medina destacó por su enfoque en la venta a granel, lo que condujo a los clientes a llevar sus propios frascos de vidrio para recibir los productos. Además, el establecimiento ofrecía un valor agregado al proporcionar medicamentos naturales, gracias a su laboratorio interno y su capacidad para elaborar fórmulas magistrales y medicamentos personalizados. Esto permitía a los clientes obtener productos farmacéuticos adaptados a sus necesidades específicas, lo cual fue fundamental para la creciente reputación de La Medina.
“Venían que por su alcohol, amoniaco, etc. por kilo, pero eso sí, había mucha honestidad, te pedían sus cosas, dejaban la lista, se iban y regresaban para recoger sus productos y se iban; luego regresaban a la semana o al mes y pedían más cosas, incluso si se llegaban a llevar algo de más, lo devolvían, así era la honestidad antes”, destaca Adriana Serret.
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A la fecha, cuentan con más de mil 100 productos registrados con la marca del laboratorio de la empresa Medinatural, destacando productos como Pan Puerco, Remedio Para La Cabeza, Espíritus Para El Espanto, Bálsamo Tranquilo Compuesto, Jarabe de Granada, Acido Bórico, entre otros más que se popularizaron entre los poblanos con el paso del tiempo.
“Desde siempre la gente nos buscó porque nosotros teníamos las fórmulas y los químicos, antes la gente decía: ‘ve a La Medina, pregunta ahí por el producto, si no está ahí ya no lo busques’, ese era el eslogan de todas las personas”, afirma Serret.
Anécdota
En ocasiones Medina Gonzalo se ‘trepaba’ a su mula para recorrer las colonias y municipios cercanos de Puebla capital, para poder vender sus productos. Un día de esos fue víctima de la delincuencia y le dispararon, pero gracias a su cinturón de plata la bala impactó contra la hebilla y rebotó, dejándolo con vida para continuar con su negocio.
Por más de 30 años estuvo al frente del negocio Antonio Medina, sin embargo, tuvo que buscar a su sobrino Nicasio Medina, quien se convirtió en socio y luego propietario, ya que el fundador perdió la vida a causa de un cáncer.
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A medida que el tiempo avanzaba, La Medina tuvo que enfrentar la llegada de competidores y los desafíos inherentes de un mercado en constante evolución. Sin embargo, el establecimiento demostró capacidad de adaptación. Para mantener su posición de liderazgo, La Medina decidió expandirse abriendo nuevas sucursales en diferentes partes del estado de Puebla. Esta estrategia permitió que un número aún mayor de personas tuviera acceso a los productos y servicios ofrecidos por la droguería.
“Sobre esta calle llegó otra empresa similar de Ciudad de México llamada El Fénix, eso nos hizo cambiar horarios y buscar más. Los poblanos al ver negocio nuevo iban, preguntaban y regresaban a La Medina, ya que no encontraban lo mismo; por eso nos hemos mantenido más de 100 años”, subraya la entrevistada.
Además, en un intento de expandir su alcance aún más, se exploró la opción de franquiciar el negocio. Aunque esta iniciativa no alcanzó el éxito esperado, no disminuyó el impacto positivo que La Medina ha tenido en la comunidad de Puebla. El establecimiento se ha convertido en un punto de referencia importante dentro del campo de la medicina y el cuidado personal. Su reputación se ha consolidado a lo largo de los años.
Dejaron de llamarla “droguería”, ya que por el nombre muchas personas llegaron a creer que vendían sustancias ilícitas, por lo que a la fecha es nombrada como Farmadroguería Medina, aunque aún haya gente que la reconozca por el primero.
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Hoy en día La Medina cuenta con 19 sucursales distribuidas en diferentes partes del estado de Puebla: Amalucan, Ánimas, Atlixco, Atlixco La Moraleda, CAPU, Centro Matriz, Choula, Huexotitla, Humboldt, Avenida Juárez, Lomas de Angelópolis, Mercado Zapata, El Mirador, Plaza W, San Felipe, Vía Lomas, Villa Frontera y Zacaleta.
Estas sucursales no solo ofrecen una amplia gama de productos farmacéuticos naturales, sino que también cuentan con servicios especializados, como la disponibilidad de antibióticos y la presencia de especialistas médicos, así como le da la opción a doctores de que hagan sus fórmulas magistrales para los pacientes que requieren elaborar medicamentos para pacientes.
“Hay muchos pacientes que llegan a ser alérgicos a ciertos medicamentos, entonces el médico lo que hace es que hace su fórmula magistral, la firma con nosotros, la hacemos y se la entregamos, así hemos funcionado durante muchos años”, agrega Serret.
Buscan llegar a la juventud
“La mayoría de papás y abuelitos de Puebla saben que La Medina es un lugar que todo poblano algún día tuvo que pisar, pero los jóvenes ya no, entonces queremos llegar, estamos buscando mecanismos para atraparlos, estamos seguros que se dará por tanta historia que tenemos”, finaliza Adriana.