elsoldedurango
Durango23 de marzo de 2025
Análisisviernes, 21 de marzo de 2025

Acontecer Político

Síguenos en:whatsappgoogle

El sueño del Hospital del Niño 460 es una realidad


Don Pedro Ávila Nevárez, el extinto líder histórico del PRI en Durango, soñaba con un hospital infantil que garantizara atención médica de calidad a los niños más vulnerables del estado. Durante años, impulsó la idea, tocó puertas y elevó la voz en favor de la niñez duranguense. Hoy, ese anhelo se materializa con la consolidación del Hospital del Niño 460, una obra que marcará un antes y un después en la atención pediátrica en la entidad.

El proyecto estuvo durante mucho tiempo en el tintero, sujeto a gestiones, cambios administrativos y obstáculos presupuestales. Sin embargo, la actual administración municipal, encabezada por Toño Ochoa Rodríguez, asumió el compromiso de equipar y poner en funcionamiento este nosocomio, en coordinación con el gobierno estatal que encabeza Esteban Villegas Villarreal. Después de años de espera, las instalaciones comienzan a cobrar vida con equipos modernos y personal altamente capacitado.

A partir del próximo lunes, el  nuevo Hospital del Niño dará inicio a la prestación de consultas de subespecialidad, un paso fundamental para consolidarse como el principal centro de atención pediátrica en el estado. Este avance representa un gran alivio para las familias duranguenses, que ya no tendrán que trasladarse a otras entidades en busca de atención médica especializada para sus hijos.

El equipamiento del hospital ha sido una prioridad en la agenda de salud pública. No se trata solo de infraestructura, sino de contar con tecnología de punta, médicos con formación especializada y un esquema de atención integral que garantice diagnósticos oportunos y tratamientos eficaces. La inversión en este rubro es una apuesta por el futuro de Durango.

El gobierno de coalición entre el PRI y PAN ha demostrado que cuando hay voluntad política, los proyectos pueden avanzar, donde las gestiones de Toño Ochoa ha logrado destrabar recursos, coordinar esfuerzos y, sobre todo, fijar plazos concretos para su operación.

Ante ello, legado de Pedro Ávila Nevárez se ve reflejado en este hospital. Su lucha incansable por los más desfavorecidos, su capacidad de gestión y su convicción en la justicia social encuentran hoy un resultado tangible. Aunque ya no esté físicamente para verlo, su huella perdura en cada niño que recibirá atención médica de calidad en este nosocomio.

La inauguración parcial con las consultas de subespecialidad es solo el primer paso. En el mes de abril y dentro de los festejos del Día del Niño se espera que el hospital amplíe su cartera de servicios, incluyendo hospitalización y cirugías. Con ello, se garantizará que Durango cuente con un centro de referencia en la atención pediátrica.

Los retos aún son muchos. Será crucial que el hospital cuente con un esquema de financiamiento sólido, que permita su operación sin contratiempos. Además, se debe evitar que el proyecto caiga en la politización y se convierta en una bandera electoral. Lo importante es que los niños reciban la mejor atención posible, sin importar quién gobierne.

El Hospital del Niño 460 es un ejemplo de que los proyectos pueden trascender administraciones y colores partidistas. Es el resultado de una lucha social que encontró eco en la voluntad política actual. Ahora, la ciudadanía espera que se mantenga como un referente en salud infantil.

Con la puesta en marcha de este hospital, Durango avanza en la garantía de un derecho fundamental; el acceso a la salud. Los niños de hoy serán los adultos del mañana, y brindarles atención médica de calidad es una inversión en el futuro del estado. La historia recordará este momento como el día en que un sueño se convirtió en realidad.

ÚLTIMAS COLUMNAS

Más Noticias