Cueva Cincalco en el Bosque de Chapultepec: por qué se cree que es la entrada al inframundo
Una apuesta en el juego de pelota y un pueblo debastado por la sequía dieron origen a la leyenda

Aurora Rocha / El Sol de México
Gracias a las culturas que se asentaron en territorio mexicano hay infinidad de historias que con el tiempo se fueron convirtiendo en mitos o leyendas. Una de ellas es sobre la Cueva Cincalco, lugar que se cree es un portal al inframundo.
Ubicada en los adentros del Bosque de Chapultepec, esta caverna envuelve una historia sobre la mitología de nuestros ancestros, pero que en la actualidad es visitada por los capitalinos que buscan un lugar para relajarse.
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El lugar fue bautizado en 1972 por el maestro Salvador Novo con un nombre náhuatl: In xochitl in cuicatl, que significa “La flor en el canto”, de acuerdo con la página oficial del Bosque de Chapultepec.
A simple vista no parece un portal que conduce a la ciudad de los muertos, pues ahí encontrarás un viejo ahuehuete con más de 300 años de edad y un Audiorama donde la gente llega para olvidarse del ruido de la ciudad.

Aunque en un tiempo se podía ingresar a la cueva, ahora se restringe la entrada por seguridad. En ella, hay siempre una vela prendida como una especie de ofrenda de parte de los trabajadores del lugar para los espíritus.
¿Por qué se cree que es la entrada al inframundo?
El bosque sagrado, como lo llamaban los mexicas, fue habitado por diferentes poblaciones. Primero fueron los teotihuacanos y posteriormente llegaron los toltecas, que eran liderados por Huémac, un amante de las apuestas con el juego de pelota.
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La historia cuenta que un día Huémac apostó con los tlaloques, ayudantes del dios de la lluvia Tláloc, en un juego. Su buena suerte estuvo ahí y ganó, por lo que como recompensa pidió piedras de jade y plumas de quetzal.
Los tlaloques creyeron que ese premio no sería tan satisfactorio, así que pagaron con mazorcas de maíz. El líder de los toltecas despreció el alimento, para él era algo sin valor,y por ese pensamiento se ganó un castigo.

Los tlaloques sentenciaron que el pueblo tolteca sufriría 4 años de sequía, lo cual sucedió. Huémac observó cómo su gente moría de hambre, pues nada podía crecer en sus tierras.
Arrepentido, volvió con los pocos sobrevivientes al bosque donde los súbditos de Tláloc lo esperaban con maíz. Esta vez aprendió la lección: la comida es mucho más valiosa que las piedras preciosas.
Pero él sabía que su equivocación provocó la muerte de muchos, así que se introdujo a la Cueva Cincalco para morir ahí. Una versión indica que él mismo acabó con su vida, pero otra cuenta que los propios pobladores lo asesinaron dentro de ella.
Este suceso dio pie a la creencia de que la cueva es un pasaje que te llevará al Mictlán, aunque no es tan fácil, pues antes debes pasar nueve pruebas impuestas por el dios de la lluvia.
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Sin embargo, no es recomendable entrar, ya que lejos de las creencias, las condiciones de la cueva pueden provocar un accidente a quienes intenten caminar ahí.