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Chihuahua7 de marzo de 2025
Análisissábado, 7 de diciembre de 2024

Los fundamentos de la prosperidad en Chihuahua

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Esta semana la Comisión Nacional de Salarios Mínimos aprobó el séptimo incremento salarial consecutivo superior a la inflación, elevándolo en la Frontera Norte, de 375 a 420 pesos y en el resto del país de 249 a 279 pesos, lo que representa un aumento de doce por ciento.

Esta decisión mejora el bienestar de los trabajadores asalariados y es una señal de que la presidenta Claudia Sheinbaum está cumpliendo el objetivo de asegurar que, por primera vez en nuestra historia, en el 2030 tengamos un verdadero salario remunerador; que para entonces deberá ser suficiente para comprar 2.5 canastas básicas diarias.

Después de una precarización salarial que empobreció a los trabajadores formales y a los informales, el objetivo de reivindicar al trabajador asalariado tiene el propósito de combatir la pobreza y reducir la desigualdad social; meta alcanzada en todo el país, en la Frontera Norte, y prácticamente en todas las regiones de Chihuahua; donde el predominio del sector formal en el mercado de trabajo alcanza los niveles más altos del país.

Los indicadores de pobreza que público CONEVAL en 2022, a pesar de haber sido levantados en el tercer trimestre de 2021, en la última fase de la pandemia, no dejan duda sobre la efectividad de esta política salarial en Chihuahua donde, del 2020 al 2022, 283 mil personas dejaron la pobreza, otros 161 mil mejoraron sustancialmente sus ingresos y 261 mil más ingresaron a la categoría de “No pobres y no vulnerables”.

El éxito de esta estrategia de desarrollo acumuló una mejoró el bienestar material de 706 mil chihuahuenses, algo nunca visto en la historia de esta grandiosa tierra de Chihuahua.

Pero también es justo recordar que a esta generosa política salarial se sumaron los apoyos de los programas sociales que mediante subsidios directos complementaron los ingresos de los segmentos vulnerables de nuestra sociedad.

En este concepto durante el 2024 el gobierno de la 4T invirtió 19 mil 773 millones de pesos, equivalentes a más del doble del presupuesto municipal de Juárez y al 1.6 % del PIB de Chihuahua en el 2023. Esfuerzo excepcional que, sumado a la política salarial, explica cabalmente la reducción que la pobreza tuvo durante el sexenio del presidente López Obrador.

Por eso nuestra esperanza de acabar con la pobreza en este estado, cuando en el 2030 concluya la construcción del segundo piso de la Cuarta Transformación, está bien fundada; pues ya estamos cosechando las primicias de otro sexenio donde tendremos la combinación exitosa de una política laboral justa, y una estrategia generosa de apoyo a las familias vulnerables.

Hay más: es sabido que la prosperidad de Chihuahua también depende de una política fiscal que estimule a nuestros principales sectores productivos, todos orientados a la exportación; al respecto, tenemos excelentes noticias: en el Senado la Comisión de Asuntos Fronterizos que con honor encabezo promueve múltiples iniciativas para consolidar un régimen de excepción fiscal que continue impulsando, tanto las exportaciones industriales como las de la minería y las del sector agropecuario.

En cuanto a ello, todo nos indica que, en los próximos días en el marco de la aprobación de la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación, tendremos una extensión, por seis años más, de los estímulos que han propiciado que en Chihuahua tengamos prosperidad en el campo, en las empresas y en absolutamente todas las familias.

Sin embargo, antes de despedirme el cielo parece nublarse con la propuesta de Ley de Ingresos que nuestra gobernadora ha presentado ante el Congreso de Chihuahua que, sin justificación, plantea incrementar el impuesto sobre nómina para obligar a que las empresas chihuahuenses le entreguen, durante el ejercicio 2025, otros dos mil millones de pesos, que en lugar de alentar el desarrollo el crecimiento de nuestra economía con seguridad la frenará.

Paradojas de la vida: el gobierno federal ahorra, promueve la prosperidad de las familias y la expansión de los negocios; mientras el gobierno del estado, sin razón y sin sentido, con una sed recaudatoria insaciable, amenaza la estabilidad de nuestra economía.

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