Aunque cuenta con su registro estatal y nacional vigente, podría perderlo si no resuelven el conflicto y proporcionan el servicio educativo que prometieron
“Soy veterinario y no te debo nada”, gritaron por las calles para exigir el respeto a su profesión, pues las agresiones físicas y verbales, así como los daños a sus negocios, son muy comunes