Llevaba varios días secuestrada cuando su esposo recibió un mensaje de puño y letra de la víctima en el cual le pedía que no intervinieran ni policías ni periodistas
El pulquero asesinado aquella mañana de domingo en la esquina de Vidal Alcocer y Berriozábal resultó ser una verdadera “ficha”, según publicó LA PRENSA en su edición del 3 de octubre de 1950